El interrogante del futuro de Schröder
El porvenir del actual canciller federal, el socialdemócrata Gerhard Schröder (SPD), era uno de los grandes interrogantes que se planteaban ayer en Berlín sin que tuviese una respuesta concreta y fiable. El presidente del SPD, Franz Müntefering, sólo dejó claro que Schröder participará en la negociación del programa de gobierno de la gran coalición. A la pregunta sobre la posibilidad de que el actual canciller ocupe un puesto en el futuro gobierno no quiso responder Müntefering y se limitó a declarar: "No se ha decidido nada todavía sobre cuestiones personales".
Todo indica que el SPD se reserva la baza de Schröder para llevar agua al molino propio en la negociación que se abre el lunes. Müntefering ya declaró ayer que no será fácil: "Costará gotas de sudor en las próximas semanas". Además, Schröder queda en reserva por si la negociación fracasa y al final hubiera que recurrir a nuevas elecciones. El actual canciller se convirtió en la pasada campaña en una auténtica locomotora electoral que levantó al SPD de la lona demoscópica del 24% hasta el 34,2% conseguido en las urnas.
La euforia de este resultado provocó la ya famosa intervención de Schröder en la televisión ante una estupefacta ronda de los elefantes con los presidentes de los partidos. Schröder se dirigió a una consternada Merkel: "¿Cree usted en serio que mi partido en este estado de las cosas va a aceptar una oferta de entrevista de la señora Merkel que dice que querría ser canciller? Vamos a dejar las cosas en su sitio". Añadió Schröder: "Nadie excepto yo está en condiciones de garantizar la formación de una mayoría estable".
Resulta difícil imaginarse a este Schröder de segundo en una coalición presidida por Merkel a la que considera incapaz. No parece viable el llamado modelo Stresemann por el ex ministro de Exteriores Gustav Stresemann que en la República de Weimar fue canciller de una gran coalición con su Partido Popular Alemán y el SPD, y después desempeñó con brillantez la cartera de Exteriores e incluso ganó el premio Nobel de la Paz.
