Micaela Portilla, historiadora del patrimonio alavés

Las instituciones alavesas reaccionaron ayer con tristeza ante el fallecimiento de la historiadora Micaela Portilla, que falleció en la mañana de ayer en la Policlínica San José de Vitoria a los 83 años. Había llegado al hospital hacía dos días en un estado de salud "muy delicado". Un infarto cerebro-vascular sufrido hace medio año provocó un deterioro en el estado de salud de la anciana historiadora, que permaneció en activo hasta que sus fuerzas se lo permitieron.

Micaela Portilla acumulaba varios títulos: era doctora en Filosofía y Letras, catedrática en Geografía e Historia, académica de las Bellas Artes de San Fernando y de la Real Academia de la Historia. También recibió un sinfín de reconocimientos públicos: la Orden de San Gregorio Magno del Vaticano, el premio Manuel Lekuona de Eusko Ikaskuntza, el título Honoris Causa de la UPV, era Hija Predilecta de Vitoria, Hija Adoptiva del Valle de Ayala y Cuartango, Amiga de mérito de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, alavesa del año y Colegiada Honoraria del Colegio de Arquitectos Vasco-Navarros, entre otros.

A lo largo de su vida publicó importantes obras, entre las que cabe destacar el Catálogo Monumental de la Diócesis de Vitoria, Torres y Casas Fuertes en Álava o El Camino de Santiago por Álava.

Conscientes de su valía, las instituciones alavesas mostraban ayer su pesar ante la muerte de Micaela Portilla, a quien definieron como "la persona más significativa para el patrimonio alavés del siglo XX".

Dedicó la mayor parte de su trayectoria profesional a realizar estudios históricos sobre Álava, aunque sus primeros pasos los dio en la enseñanza. Estaba especializada en la investigación sobre torres, casas fuertes y caminos de Álava, y para obtener la documentación necesaria no dudaba en recorrer los archivos históricos y prácticamente todos los rincones y pueblos del territorio.

El alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso, recordaba ayer en una nota el "gran tesón y esfuerzo" con el que Portilla buceó en el pasado de Álava y se unió al dolor de los familiares y amigos de Micaela Portilla, "que durante décadas hizo de la investigación y del magisterio continuado un modelo de comportamiento humano del que Vitoria se enorgullece".