Maragall admite que el nuevo Estatuto pone a Zapatero en una situación "no envidiable"

Pasqual Maragall regresó de su entrevista del miércoles con José Luis Rodríguez Zapatero en La Moncloa con la conciencia de que desde Cataluña hay que ayudar todo lo posible al presidente del Gobierno a capear el temporal que la reforma del Estatuto ha levantado en toda España. Maragall reconoció ayer en el Parlamento catalán que la propuesta de nuevo Estatuto ha puesto a Zapatero en una situación "no envidiable". El presidente de la Generalitat va a emprender una campaña de explicación del Estatuto a las demás comunidades, a cuyos presidentes invitará pronto a Barcelona.

Maragall respondió ayer en el Parlamento catalán a cinco preguntas sobre cómo piensa afrontar la negociación del Estatuto en las Cortes durante los próximos meses. En sus respuestas insistió en la necesidad de explicación, diálogo y pacto con todas las fuerzas políticas, incluido el PP, si bien lamentó que la dirección de ese partido se haya lanzado a "una carrera por ver quién dice el mayor disparate" sobre el Estatuto.

El líder del PP catalán, Josep Piqué, se interesó por saber si Maragall cuenta con que algunas de las enmiendas anunciadas por el PSOE puedan prosperar con el concurso del PP en las Cortes, para lo que mostró su buena predisposición. Maragall le respondió que "sería una buenísima noticia" que el PP "demostrara en Madrid la misma disposición que usted para mejorar" el Estatuto en su tramitación en el Congreso.

El presidente expresó su deseo de que en el PP "prevalezca" la posición de Piqué, aunque fuera "de manera infinitesimal", para que cambie un poco la de su partido en Madrid. Sin embargo, Maragall no se mostró nada optimista sobre esta eventualidad y le dijo a Piqué que si no lo consigue "no sé qué hace usted en este partido".

Al líder de la oposición, Artur Mas (CiU), Maragall le explicó que el miércoles trasladó a Rodríguez Zapatero que el nuevo Estatuto tiene tras de sí "la fuerza de la unidad" expresada en el elevado consenso laboriosamente alcanzado por los cuatro partidos que lo apoyan en Cataluña.

Pero a esto añadió que a nadie se le oculta que este Estatuto ha puesto a Zapatero en una situación "difícil". Por una parte, dijo, está "la obligación de admitir que ha hablado con contundencia" la comunidad autónoma "más significativa por la combinación de peso económico y singularidad". Y, por otra parte, el presidente del Gobierno sabe que para atender la propuesta catalana "se encuentra con que ha de explicar en poco tiempo lo que en muchos años no se ha acabado de entender". Que es lo que de nuevo definió como "un humilde intento de cambiar España".

Esto llevó a Maragall a advertir, en su respuesta al republicano Joan Ridao, que a los partidos catalanes y sus dirigentes les ha llegado la hora de "prepararse para escuchar con respeto a los demás, tal como nosotros hemos pedido respeto". En la negociación que se avecina, dijo, habrá también argumentos que no siempre podrán ser derrotados. "Que quede claro que habrá argumentos que habrá que escuchar y en algunos casos, aceptar. Podemos haber cometido equivocaciones, con toda probabilidad", admitió.

Para afrontar las negociaciones, el Gobierno catalán se plantea contratar despachos de abogados que colaboren en la defensa del proyecto desde el punto de vista jurídico, junto con los letrados del Parlamento autónomo. Entre los bufetes que se pretende contratar están los de Miquel Roca Junyent, el ex dirigente de CiU y uno de los ponentes de la Constitución y del Estatuto catalán de 1979, y el de Antonio Garrigues Walker. También se pretende contratar un gabinete belga o alemán especializado en el funcionamiento del modelo federal.

El Parlamento catalán designó ayer a la socialista Manuela de Madre, al republicano Josep Lluís Carod y al nacionalista Artur Mas para intervenir en nombre de la Cámara catalana en el debate del Congreso de los Diputados sobre la admisión a trámite del Estatuto.