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EL FUTURO DE EUROPA

Los líderes de la UE reciben sin entusiasmo la apertura de la negociación con Turquía

Los socialistas europeos exigen al Gobierno de Ankara el rápido reconocimiento de Chipre

Andreu Missé

Los principales líderes europeos expresaron ayer un mesurado entusiasmo por la apertura de las negociaciones de adhesión de Turquía a la UE, acordada el lunes en el Consejo de Luxemburgo. Las manifestaciones de entusiasmo por el establecimiento de este puente histórico entre el mundo musulmán y la cultura occidental fueron acompañadas en varios casos también de serias advertencias a Turquía sobre sus asignaturas pendientes para acceder a la Unión como miembro de pleno derecho. El acuerdo de abrir negociaciones con Croacia mereció también el respaldo de destacados dirigentes.

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El presidente francés, Jacques Chirac, fue de los primeros en destacar ayer la trascendencia del acuerdo alcanzado con Ankara. "Queremos dejar a nuestros hijos", manifestó el líder francés, "un espacio lo más amplio posible donde estén realmente enraizadas la paz y la democracia".

Para el canciller alemán, Gerhard Schröder, "una Turquía que muestra que los valores del islam y los de la Ilustración pueden estar en armonía, significa un enorme progreso en materia de estabilidad y de seguridad para Europa y otros países".

El jefe del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, subrayó en París que "sería imperdonable decir no a este país laico". "Si se renuncia al amor", añadió, "éste se puede convertir en odio".

Para el presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, que ayer se encontraba de viaje oficial a Chipre, es "una cosa buena que Los Veinticinco hayan alcanzado finalmente un acuerdo sobre la apertura de negociaciones con Turquía".

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Borrell elogió "la actitud constructiva de Chipre y de su presidente, Tassos Papadopoulos, que en lugar de ejercer un posible derecho de veto ha preferido jugar la carta del consenso; es decir, optar por la vía de la integración europea".

El presidente de la Eurocámara recordó que el Parlamento "tiene la última palabra al final de las negociaciones" y lanzó una clara advertencia a Turquía: "Tendremos presente en todo momento que el reconocimiento de Chipre es un componente necesario del proceso de adhesión".

En esta misma línea de recordar al Gobierno de Ankara sus obligaciones, Martin Schulz, líder del Grupo Socialista del Parlamento Europeo, manifestó que controlaría de forma "rigurosa e intensa" todo el proceso de negociación. El dirigente socialista celebró el acuerdo, pero exigió un rápido reconocimiento de Chipre por parte de Turquía y recordó, en este sentido, que "no es un tema de las negociaciones, es una condición previa para mantenerlas".

También el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, destacó las obligaciones y compromisos que deberá cumplir el Gobierno de Ankara al destacar que la relación establecida entre Turquía y la Unión Europea era un "hito histórico". Barroso aseguró que la Unión Europea garantizaría que las negociaciones sean "justas y rigurosas" y que el aspirante sería tratado "de la misma manera que los otros candidatos".

El presidente de la Comisión señaló que Europa debe aprender mucho de Turquía, pero que este país "debe ganarse los corazones y el pensamiento de los ciudadanos europeos". El presidente de la Comisión precisó, en una breve declaración, que Turquía debe respetar los principios de "democracia, derechos humanos y Estado de derecho".

En el mundo empresarial, la patronal europea respaldó sin reservas el establecimiento de nuevas relaciones entre Turquía y la Unión Europea. Su presidente, Ernest-Antoine Seillière, manifestó que "ambas partes se beneficiarán de la integración económica".

El presidente del Partido Popular Europeo, Wilfried Martens, hizo referencia al largo periodo de relaciones entre Ankara y Bruselas. "Después de décadas de cooperación", añadió, "la Unión Europea le debía a Ankara el comienzo de las negociaciones".

Señal positiva

Martens relacionó el inicio de conversaciones de Turquía con la UE con las de Croacia, que anteayer también empezó su proceso negociador. Para Martens, la apertura de las negociaciones de adhesión con Turquía y con Croacia es "una señal positiva en un momento difícil para la Unión Europea".

Igualmente celebró las nuevas relaciones establecidas con Zagreb el vicepresidente del grupo socialista en el Parlamento Europeo, Hannes Swoboda, que las calificó "como una señal importante para el resto de Europa".

Las negociaciones de adhesión de Turquía a la UE son un proceso abierto, sin garantía efectiva de entrada al final del proceso, que durará una docena de años. Durante este periodo Ankara debe conformar su legislación al acervo comunitario.

El cuadro de negociación adoptado el pasado día 3 en Luxemburgo está distribuido en al menos 35 capítulos, cada uno de los cuales deberá ser abierto y cerrado con el acuerdo unánime de los 25 Estados miembros.

El presidente francés, Jacques Chirac, ayer en El Elíseo.
El presidente francés, Jacques Chirac, ayer en El Elíseo.

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