Moratinos pide a la CE que envíe una misión a Marruecos para analizar la inmigración

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha propuesto a la Comisión Europea (CE) que se envíe "a la mayor brevedad posible" una misión de la UE a Marruecos para analizar el fenómeno de la inmigración. En una carta remitida el viernes al comisario de Seguridad, Libertad y Justicia, Franco Frattini, de la que ha enviado copia al ministro de Exteriores marroquí, Mohamed Benaissa, Moratinos afirma que los sucesos en Ceuta y Melilla refuerzan "la necesidad de acelerar la puesta en práctica" de las políticas de la UE con Marruecos sobre inmigración. Además, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reclamará la solidaridad de la UE en esta materia en la próxima cumbre europea.

Moratinos reclama que "se ejecute de forma inmediata" la partida de 40 millones de euros destinada al control de fronteras en Marruecos en el marco del programa comunitario de ayuda al Mediterráneo, que aún no se ha entregado en su totalidad. También pide que se refuerce la asistencia técnica sobre gestión de flujos migratorios; la conclusión del acuerdo de readmisión de inmigrantes irregulares que negocia la Comisión con Marruecos desde abril de 2003 y medidas de apoyo a las autoridades de Rabat en sus relaciones con los países de origen de esta inmigración. Precisamente, hoy se celebra en Bruselas la octava reunión técnica para el acuerdo de readmisión, que la CE quiere acelerar para cerrarlo antes de que acabe noviembre.

La misión que reclama Moratinos tendría como objetivo "analizar conjuntamente el fenómeno de la inmigración y poder impulsar" las medidas propuestas y otras "que permitan identificar áreas de actuación urgente en el marco del plan de Acción de Vecindad entre la UE y el reino de Marruecos". En esa batalla por lograr la implicación europea en el control de la inmigración, Zapatero reclamará la solidaridad de los 25 en esta materia en la cumbre que se celebrará los días 27 y 28 de octubre en el castillo de Hampton Court, cerca de Londres. Así lo anunció ayer en Luxemburgo el secretario de Estado de Asuntos Europeos, Alberto Navarro, en la reunión preparatoria de dicha cumbre.

"Vivimos en un espacio sin fronteras, pero necesitamos la solidaridad europea para el control de esa frontera exterior común", señaló Navarro, quien recordó que la UE puso en marcha en mayo en Varsovia una agencia de fronteras exteriores. Y añadió que es necesario "dotar de recursos suficientes el nuevo fondo de control de fronteras que se crea en el marco de las nuevas perspectivas financieras".

Mientras, las autoridades marroquíes siguen en su campaña de redadas para devolver a Argelia a los candidatos a la emigración a Europa que detiene en su territorio. Poco después de que empezasen los saltos masivos a la valla de Melilla y, más tarde, Ceuta, Rabat anunció un mayor despliegue de fuerzas de seguridad en las zonas fronterizas, al tiempo que empezó a acusar sotto voce a Argelia, con la que mantiene pésimas relaciones, del auge de la presión migratoria sobre las dos ciudades.

Las autoridades marroquíes conducen a los extranjeros que interceptan a Oujda, a 13 kilómetros de la frontera con Argelia, y los expulsa, de noche, al país vecino del que intentarán regresar cuanto antes. La frontera entre ambos países está teóricamente cerrada desde 1994 pero la cruzan inmigrantes y mercancías de contrabando.

Las autoridades marroquíes no han acusado, por ahora, abiertamente a Argelia pero en los mensajes diplomáticos enviados estos días a Madrid y otras capitales europeas recuerdan que es a Argel a quién hay que pedir que vigile su frontera. El maná del petróleo, argumentan, le brinda ahora más recursos para mejorar su control.

"Lo que sucede en Ceuta y Melilla no es sólo responsabilidad de un país en África", declaró el sábado Benaissa, en una clara alusión a Argelia. Paralelamente, la agencia de prensa de Marruecos recordaba ayer que en Maghnia, una ciudad argelina fronteriza hay 3.000 subsaharianos.

Reunión de los ministros

También ayer, los ministros de Interior de Marruecos, Al Mustafa Sahel, y Argelia, Oureddine Yazid Zerhouni, se reunieron a solas en Rabat, en el marco de la XI Conferencia de Ministros del Interior de los países del Mediterráneo Occidental (CIMO), en la que se analizará la cooperación en materia antiterrorista, migratoria y de lucha contra el tráfico de drogas.

"El 99% de los subsaharianos que circundan los enclaves españoles han transitado por Argelia y atravesado a escondidas su frontera con Marruecos", asegura Mehdi Lahlu, un intelectual de izquierdas marroquí autor de varios trabajos sobre la inmigración. "Sólo una mínima proporción entran por el aeropuerto de Casablanca". "Me hacía gracia escuchar a Ana Palacio [ministra de Exteriores con el PP] declarar, cada vez que recibía a su homólogo argelino, que España no tenía ningún problema migratorio con Argelia", prosigue Lahlu. "¿Pero de dónde se creía que salían los subsaharianos que se subían a las pateras?".

Sobre los saltos de las verjas, Jamal Laamarti, presidente de la sección de Tetuán de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos, aventura que "acaso estén relacionados con la cumbre de Sevilla" y sea una manera de hacer ver a España y a Europa que se deben involucrar más en la inmigración.