La Caixa quiere cerrar la venta de Grup 62 antes de finales de año
RBA y Planeta figuran entre las empresas editoriales interesadas en la compra
La Caixa quiere desprenderse de Grup 62, primer grupo editorial en catalán y una de las participaciones empresariales más antiguas de la entidad financiera, antes de que acabe el año. Los planes de la caja han causado cierta sorpresa en el mundo editorial y desazón en el grupo catalán, ya que éste se encuentra en la recta final de un plan de viabilidad que este año le supondrá el abandono de los números rojos. Entre las empresas interesadas figuran RBA y Planeta.
La Caixa, que está reorganizando su voluminosa cartera de participaciones empresariales, cuenta ya sobre la mesa con varias ofertas por Grup 62, pero fuentes oficiales de la entidad subrayaron que "por el momento no existen negociaciones concretas con nadie". En cualquier caso, las conversaciones se están llevando con una gran discreción.
La caja que preside Ricard Fornesa ha clasificado a Grup 62 como "una de las participaciones no estratégicas", lo que en la práctica significa que está abierta a desprenderse del grupo en función de lo que le ofrezcan por él. Grup 62 engloba los sellos Edicions 62, Empúries, Península, El Aleph, Edícola 62, Luciérnaga y RACC-62.
El interés de distintos grupos editoriales por Grup 62, pese a no ser nuevo, no es tampoco ajeno a los primeros frutos del plan de saneamiento iniciado por Rosa Cullell cuando ésta fue nombrada consejera delegada del grupo, en octubre de 2002. El plan de viabilidad empezó a aplicarse en 2003 y tiene 2006 como horizonte. Según fuentes de la propia empresa, ésta arrojó en 2003 unas pérdidas de cuatro millones de euros; en 2004, los números rojos se redujeron a 800.000 euros y se prevé cerrar el ejercicio de 2005 con un millón de euros en positivo, con un volumen de facturación algo superior a los 45 millones de euros. Pero el resultado bruto operativo (Ebitda) era ya positivo desde 2003. El plan también ha incidido en la reducción del nivel de endeudamiento.
La horquilla de precios de las ofertas no ha trascendido. Cuando, en 2004, la caja se hizo con el 3,1% más de las acciones y elevó al 88,9% su paquete de control, la inversión le supuso 4,8 millones de euros, según el informe anual de la entidad. Esta operación supone valorar el 100% del capital de Grup 62 en casi 155 millones de euros. Sin embargo, en el sector no se manejan cifras tan elevadas sobre el valor del grupo en venta.La caja no pasó a tener el control efectivo del grupo editorial hasta 2002, y desde entonces ha ido aumentando su peso accionarial en la compañía, que ha protagonizado dos ampliaciones de capital.
Grup 62 ha vivido un calvario desde finales de 1999, en que dimitieron con un mes de diferencia el director general adjunto, Oriol Castanys, y el consejero delegado, Oriol Bohigas, por discrepancias con la línea editorial. El primero fue sustituido por Pere Sureda, que fue subdirector general de Ediciones B, y el segundo, por Joan Capdevila, director general del grupo.
Ambos iniciaron un plan de expansión que duplicó el número de títulos publicados con largas tiradas y que, en opinión de los expertos, se les fue de las manos. E incluso la distribuidora Enlace, que pertenece a Grup 62 y que distribuye libros, entre otras editoriales, de Anagrama, estuvo a punto de irse al garete. En 2001, Joaquim Palau, director editorial de Grup 62, lo abandonó para dirigir Destino.
Con la entrada de Cullell en 2002 se empezaron a enderezar las cosas. Nombró director editorial a Ernest Folch, que había abandonado Grup 62 con Oriol Castanys; se redujo a la mitad los títulos publicados, se apostó por las ediciones en catalán y se cerró el sello Diagonal. La marcha de Cullell al Liceo fue el punto de partida de los rumores sobre la venta.
Edicions 62, matriz del grupo, fue creada en 1961 por Max Cahner y Ramon Bastardes y contó con el beneplácito de instituciones como la Abadia de Montserrat y la Banca Catalana de Jordi Pujol. Su primer libro, Nosaltres, els valencians, de Joan Fuster, se puso a la venta el 23 de abril de 1962.
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