Polonia intenta salir a flote
El nuevo Gobierno se enfrenta a un complejo escenario económico
La economía polaca atraviesa un momento difícil. El desempleo no baja del 19%, el déficit público llega al 3,6% del PIB y el crecimiento se ralentiza. En este escenario, la principal tarea del nuevo Gobierno será continuar con el plan de reformas, mantener los recortes estatales sin perjudicar los beneficios sociales de la población y preparar el país para su entrada en el euro.
La agricultura representa el 30% de la economía, un nivel inaceptable en una UE que busca el protagonismo del sector de los servicios
El déficit público polaco supondrá el 3,6% del PIB, después de rozar el 4% durante el pasado ejercicio, y la deuda se mantiene en el 55%
La nueva coalición de centro-derecha que probablemente gobernará Polonia tras las elecciones del pasado domingo, no lo tendrá fácil en materia económica. Después de su victoria sobre la Alianza Democrática de Izquierda (SLD), el partido Ley y Justicia (PiS) se encontrará con un país que crecerá este año un 3,4%, tras el 5,4% de 2004, y que mantiene el déficit público y el paro como sus dos grandes problemas.
Los últimos datos entregados por el saliente Gobierno socialdemócrata de Marek Belka, indican que el déficit público llegará este año al 3,6% después de rozar el 4% en el curso pasado. Estos números mantendrán la deuda pública en torno al 55% del PIB. Por otro lado, el 19% de la población activa se mantiene desempleada, casi tres millones de personas que convierten a Polonia en el país con la mayor tasa de paro de la Unión Europea.
Control del déficit
Este panorama obliga al nuevo Gobierno, no sólo a restablecer la confianza de la población en la clase política, tras los escándalos de corrupción que llevaron a los socialdemócratas a perder las elecciones, sino que además deberán continuar con las reformas estructurales que mantengan las cuentas públicas bajo control y que preparen el país para su ingreso en el euro. Para ello será clave la reforma al sistema de pensiones y de los seguros agrícolas.
Gran parte del gasto estatal se lo llevan las pensiones y la agricultura representa el 30% del PIB, un nivel inaceptable en una Unión Europea que busca la transición hacia una economía centrada en los servicios. Esta transición es precisamente la que ha generado las elevadas tasas de desempleo. El Gobierno anterior no logró consolidar las reformas, a pesar de que en enero de este año, anunció un Plan Nacional de Desarrollo para 2007-2013.
Con todo, las propuestas de los partidos que probablemente cogobernarán son contradictorias. Por un lado la Plataforma Cívica (CP), el partido con que Ley y Justicia tiene más cerca pactar el Gobierno, promueve una tasa de impuestos única del 15%, reducir cuanto antes el elevado peso del sector público y privatizar los activos que quedan en manos del Estado. Mientras, Ley y Justicia se opone a la tasa fiscal única, es escéptica en las privatizaciones y promueve la reducción del Estado, pero sin recortar los beneficios sociales.
Consumo e inversión
A favor del nuevo Gobierno juegan las tasas de inflación que se mantendrá en el 2,5% al menos hasta el próximo año. Esto permite que el consumo que representa el 60% de la economía siga tirando del carro con niveles del 3,4% de incremento anual. Polonia crecerá entre un 4,4% y un 4,7% el último trimestre del año, según las proyecciones del Banco Nacional de Polonia. Para ello, los otros dos pilares del alza del PIB polaco siguen siendo la inversión extranjera y las exportaciones.
Los datos del Ministerio de Economía dan cuenta del desarrollo de la inversión foránea tras la incorporación a la UE en mayo de 2004. La llegada de capital y de empresas extranjeras ha crecido en 8.000 millones de dólares en 2004, desde 6.400 millones en 2003. A partir de comienzos de los años noventa, la inversión extranjera acumula 73.000 millones de dólares. Mientras, las exportaciones han crecido un 25,6% en 2004 y las proyecciones dicen que lo harán a un ritmo del 7,5% hasta 2008.
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