El parón político de la Unión Europea se agrava con la polémica sobre Turquía
Londres intenta superar hoy la crisis con una reunión urgente de los ministros de Exteriores
Las serias dificultades con que tropieza la Unión Europea para cumplir sus compromisos con Turquía configuran el último episodio del continuo deterioro que padece la construcción comunitaria. Después del no franco-holandés a la Constitución y del fracaso por aprobar los escenarios presupuestarios para 2007-2013, de antes del verano, los Veinticinco se muestran ahora impotentes para acordar el formato para iniciar las negociaciones para el acceso de Turquía a la UE. Austria se resiste a ver a Turquía como un miembro más del club europeo e insiste en negociar sólo una "asociación privilegiada".
Los temores de fondo que propiciaron el no de franceses y holandeses a la Constitución, fundados en buena parte en los efectos de la apertura de las puertas a Turquía y la ampliación al Este, asoman de nuevo. El estancamiento económico que vive Europa con un pobre crecimiento que apenas supera el 1,2%, un tercio del de Estados Unidos, es el mar de fondo que ocasiona más incertidumbre.
Austria es el país que ha catalizado de forma más intensa sus temores a la ampliación. En la campaña de las elecciones regionales que se celebran hoy todos los partidos se han mostrado en contra (el 80% de la población, según las últimas encuestas) de iniciar negociaciones con Ankara. Con este clima, el Gobierno de Viena, que el pasado miércoles recibió un sólido apoyo del Partido Popular Europeo, ha sido el único país que ha decidido bloquear el inicio de las negociaciones con Ankara. Uno contra 24, pero con un amplio apoyo de la población.
Ante la gravedad de los acontecimientos, el Reino Unido, que actualmente desempeña la presidencia de la UE, ha convocado urgentemente para hoy en Luxemburgo un Consejo Extraordinario de los ministros de Exteriores para intentar desbloquear la situación. La reunión de la UE con los representantes de Turquía para el inicio formal de las negociaciones está convocada para las 17.00 de mañana, pero las autoridades turcas ya han advertido de que no saldrán de Ankara si no cuentan con la certeza que van a tratar de la adhesión de pleno derecho.
Desde el inicio de su presidencia, el Reino Unido ya se marcó como una prioridad sacar adelante el acuerdo con Turquía. La falta de acuerdo sería un doble fracaso, ya que precisamente fue el Reino Unido, de acuerdo con la doctrina de Estados Unidos, el gran impulsor de iniciar las negociaciones con Turquía.
El ministro británico de Asuntos Europeos, Douglas Alexander, ha subrayado "la enorme importancia estratégica de Turquía para la Unión Europea" y el titular de Exteriores, Jack Straw, ha insistido en que "anclar Turquía en Occidente permite tener un modelo de democracia y modernidad, un país con mayoría musulmana, que irradiará en toda la región".
Las exigencias que propone Austria y que pretende que aprueben los ministros de Exteriores de los Veinticinco hoy suponen una modificación de los acuerdos de los Consejos de diciembre de 2004 y junio pasado, aprobados por los jefes de Estado y de Gobierno. Una situación que una fuente diplomática comunitaria no dudó en calificar de "surrealista". Lo cierto es que la suerte de ducha escocesa que están sufriendo los gobernantes turcos con continuos aplazamientos está provocando un descenso de partidarios de la UE entre la población turca.
El Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior y Seguridad Común ha puesto el acento en "respetar los compromisos adquiridos con Turquía y, por tanto, abrir las negociaciones de adhesión el lunes".
En medios diplomáticos existe la convicción de que la posición de Austria está condicionada directamente por la evolución de las negociaciones de adhesión de su vecina Croacia. Las mismas fuentes indicaron que aunque "Viena niega cualquier tipo de vinculación", sus manifestaciones eran poco creíbles después de las palabras del canciller austriaco Wolfgang Schüssel, que relacionó directamente ambos procesos, que coinciden en el calendario. A primera hora de mañana está prevista una reunión del grupo de expertos sobre Croacia con la fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional, Carla del Ponte, para decidir si Croacia cumple sus compromisos con el tribunal que juzga los crímenes de guerra en la antigua Yugoslavia.
Varias fuentes coinciden en señalar que Del Ponte considerará insuficiente el cumplimiento de los compromisos y pondrá en manos de la UE la decisión final. La Unión podría cerrar el conflicto con una declaración del Consejo fijando una fecha próxima para el inicio de negociaciones con Croacia que diera satisfacción a Austria y resolviera ambos asuntos.
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