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El PP de Valencia defiende su gestión económica entre críticas de la oposición por la falta de control del gasto

Sara Velert

Valencia es una gran ciudad, una aseveración que se torna en acuerdo de mínimos entre el PP y la oposición de socialistas y EU-L'Entesa en cada pleno municipal. En el celebrado ayer fue, de nuevo, la regla del debate, porque sólo hubo coincidencia en alabar al presidente de las Cortes, Julio de España, por renunciar a una residencia oficial en el plan de la ampliación de la institución. La aprobación de la cuenta general del Ayuntamiento y de los impuestos y tasas de 2006 -con actualización del IPC del 3,1%- reabrió la discusión sobre la gestión económica, de la que la auditoría interna de todos los ejercicios repite que se consignan gastos sin cobertura presupuestaria; se trasladan costes de año en año que se reconocen fuera de plazo, y se dota a las contratas de menos dinero del que se sabe que se gastará. Gestión "transparente" a disposición de Hacienda y "sin trampas", defendió el concejal responsable, Silvestre Senent; "trucos contables" y un presupuesto "cuadrado a martillazos", según el concejal socialista Juan Ferrer; mal uso del gasto y gestión mejorable, para la edil de EU-L'Entesa, María Victoria González.

Por lo demás, el equipo de gobierno rechazó las mociones de la oposición, que se estrellaron en el frontón popular, al que los concejales defensores de las iniciativas replicaron casi invariablemente con la frase "yo no he dicho lo que usted dice que he dicho", como evidencia de la falta de entendimiento con la bancada del PP. No prosperó la propuesta socialista de tomar medidas contra actitudes incívicas -el gobierno local propuso insistir en sus políticas-, tampoco un cambio en el urbanismo del Perellonet o la creación de una comisión de turismo. El portavoz de EU, Antonio Montalbán, con una moción en defensa de una administración laica, agradeció que se debatiera. Y en los palcos del hemiciclo, mezcla de mensajes: uno contra la subestación eléctrica del barrio de Patraix y otro para la alcaldesa: "Rita, estamos contigo".

Al margen del debate político quedaron las condolencias por las recientes muertes del arquitecto municipal Román Jiménez y el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos, Antonio Cañuelo, del que la alcaldesa, Rita Barberá, destacó que era "un hombre bueno", incansable trabajador por la ciudad, cuyo primer anhelo fue un instituto para Benimaclet que llevará su nombre y será "inminentemente una espléndida realidad" 30 años después de que comenzara a reivindicarlo, nada menos.

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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