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Crítica:ESTRENO | 'Aupa Etxebeste!'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

En ningún lado como en casa

Idéntico punto de vista que el de la película italiana Mi marido es una ruina, es el adoptado en Aupa Etxebeste¡ para su debú en la realización de largometrajes por los vascos Asier Altuna y Telmo Esnal. Aunque, claro está, cambian algunas cosas. Por ejemplo, la modestia económica del personaje principal, el Patricio Etxebeste del título, aquí no es un financiero, sino un pequeño industrial dueño de una fábrica de txapelas en quiebra. Cambia también el destino de las vacaciones, más acorde con la modestia de clase media de la familia protagonista; y cambian los comportamientos sociales que sirven como blanco de las dianas envenenadas de los directores, unos vecinos metomentodo, más preocupados por lo que pasa fuera de su casa que de su propia modesta y aburrida existencia.

AUPA ETXEBESTE!

Dirección: Asier Altuna y Telmo Esnal. Intérpretes: Ramón Agirre, Elena Irureta, Paco Sagarzazu, Ibon Garate, Iñake Irastorza. Género: comedia, España, 2005. Duración: 105 minutos.

Más información
Sátira vasca contra la vanidad

Así las cosas, el filme se juega en el terreno de una cierta sátira social amable, que no ahorra subrayados sobre la política local como trampolín para el mundo de los negocios (Etxebeste se prepara para ser candidato a alcalde; no se sabe muy bien si por ahorrarse sinsabores, pero no hay ninguna referencia política reconocible tras esa decisión, como si nuestro hombre fuera un angélico euskaldún interesado por la res pública y nada más), pero cuyo máximo interés está más en cuestiones técnicas y de resolución que de contenido.

Por ejemplo, en cómo se las ingenian sus creadores para hacer que la vida de encierro de la familia, lejos del Mediterráneo de sus sueños, se haga interesante sin que decaiga nunca el ritmo, cosa que mantienen con una sucesión de gags que bordean a veces lo surreal, pero sin perder nunca su tono costumbrista. En todo esto salen bien parados, apoyados en dos actores potentes (Agirre e Irureta) y con guiños a la platea que no caen en saco roto: que el filme haya ganado el Premio de la Juventud en la reciente edición del Festival de San Sebastián es tal vez el baremo que sirve para indicar que al menos tiene un público seguro al cual no defraudará.

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