Europa abre en Ávila una antena de contacto con naves interplanetarias
La nueva instalación enviará órdenes a las misiones espaciales y recibirá sus datos científicos
Una gran antena de 35 metros de diámetro y tecnología avanzada, que permite apuntar a millones de kilómetros de distancia de la Tierra con enorme precisión, fue inaugurada ayer en Cebreros (Ávila) por la Agencia Europea del Espacio (ESA). La instalación se dedica a las comunicaciones con las naves de exploración interplanetaria, y la primera de ellas será Venus Express, que saldrá dentro de un mes. La antena de Cebreros se integra en la red de espacio lejano que la ESA está creando. Sólo existe una similar en el mundo, en Australia.
"Cebreros va a jugar un papel muy importante en nuestro programa de exploración, no sólo para estudiar los otros planetas sino también las estrellas y las galaxias, el universo entero", dijo el británico David Southwood, director científico de la ESA. "Para mí, el espacio profundo, o espacio lejano, significa más allá de la órbita terrestre, donde no se nota ya la gravedad de la Tierra sino la del Sol y de otros planetas", puntualizó.
Tras Venus Express, la ESA tiene previsto lanzar al espacio telescopios que no estarán en órbita terrestre sino mucho más lejos. Además, tiene ya en camino la nave Rosetta hacia un cometa y cuyo control se realizará con sus nuevas antenas.
Hasta hace poco, la agencia europea tenía que recurrir a la a red de espacio lejano de la NASA (con grandes antenas en California, en Australia y en Robledo de Chavela, a pocos kilómetros de Cebreros), para comunicarse con sus naves que viajan a millones de kilómetros de la Tierra. Para evitar esa dependencia, y dada la acumulación de misiones dependientes de la red estadounidense, la ESA decidió hace unos años montar la suya propia.
Marte y Venus
La primera antena construida fue la de New Norcia, en Australia, desde la que se mantiene la comunicación con la nave europea Mars Express, en órbita de Marte. La segunda, "más avanzada porque es más moderna", aseguran los ingenieros, es la de Cebreros que se estrenará con la misión a Venus. Para tener una cobertura completa de cualquier punto del cielo a medida que la Tierra gira, hace falta una tercera antena, que la ESA estudia instalar en América, en Chile o en Canadá.
"La antena de Cebreros mide 40 metros de altura, pesa en total 620 toneladas y tiene mucha más precisión que las de la NASA", explicó el ingeniero español Valeriano Claros, responsable de la construcción y puesta a punto de la instalación de Cebreros para la ESA, y antes de la de New Norcia.
La nueva antena en España, cuya operación se dirige desde el centro de control de la ESA en Alemania, ESOC, tiene una precisión de seis milésimas de grado, y un grado equivale aproximadamente al pedacito de cielo que cubre un dedo de la mano cuando se mira con el brazo estirado. Un moderno sistema de espejos sustituye a los cables que normalmente tienen las antenas de este tipo para conectar los receptores y emisores con el gran plato reflector.
"Las misiones interplanetarias viajan a millones de kilómetros de distancia y necesitamos estas grandes antenas para recibir los datos científicos que han ido a buscar y para enviarles las órdenes", explicó Gaele Winters, director de ESOC.
Las instalaciones espaciales de Cebreros fueron creadas por la NASA en los años sesenta, para su programa lunar Apolo, pero desde hace 20 años no se utilizaban. Cuando la ESA decidió crear su propia red de espacio lejano, consideró que España era una óptima localización para su segunda antena. Cebreros, sin interferencias electromagnéticas en las bandas de frecuencias de la antena, era un buen sitio en un país que, además, tiene desde hace años otra instalación de la ESA, en Villafranca del Castillo (Madrid).
Allí también se ha creado recientemente el Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC). "Con la nueva antena de Cebreros España adquiere un papel protagonista y de excepción en el panorama espacial mundial", destacó Vicente Gómez, director del ESAC y delegado de la ESA en España. Gómez señaló el empeño y dedicación por parte de España para lograr la instalación de la antena. La adaptación de la instalación de Cebreros ha costado 33 millones de euros, incluidos los 22 millones de la antena.
Pedro Duque
Ayer, unos 300 invitados españoles y europeos visitaron las instalaciones totalmente reconstruidas de Cebreros, recorrieron el moderno centro de control y los equipos de la propia antena. Un cetrero cuidaba de los cuatro halcones peregrinos que se usan para ahuyentar a los estorninos, cuyas deposiciones oscuras pueden dañar el resplandeciente plato blanco de la antena.
No faltó a la cita de Cebreros el astronauta de la ESA Pedro Duque. Con la nueva red de espacio lejano "los europeos estamos ya jugando en primera división de la exploración", comentó. "En la ESA cuidamos el dinero porque no tenemos mucho y esta antena era esencial porque cada vez hay más misiones de la NASA y es más difícil pedir prestada su red. Además, se trata de desarrollar estas tecnologías en nuestras industrias europeas, no pedirlas prestadas".
El Gobierno Español estuvo representado en Cebreros por Fernando González, director del INTA, y no asistieron ni el delegado de España en la ESA, Maurici Lucena, director del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), ni otros representantes del Ministerio de Industria. Lucena explicó después a este periódico que su ausencia se debió a que estaba convocado para ayer el Consejo de Administración del CDTI.
Dos días venusianos
Para el próximo 26 de octubre la ESA tiene previsto lanzar su próxima misión de exploración planetaria con destino a Venus. Un reconocimiento profundo de la atmósfera de ese horno planetario -la temperatura en la superficie del Lucero del Alba ronda los 450 grados centígrados- es el objetivo científico de la nave Venus Express, que se pondrá en órbita allí en abril de 2006.
La atmósfera de Venus es muy densa; la presión atmosférica es 90 veces superior a la terrestre; está compuesta esencialmente de dióxido de carbono, con algo de vapor de agua y nubes de ácido sulfúrico; el efecto invernadero es potentísimo. Los científicos quieren desentrañar los secretos de la estructura y la dinámica atmosférica venusiana, atendiendo también a su vulcanismo y los terremotos.
Venus Express, es casi idéntica a la sonda Mars Express, que está en órbita de Marte, y cuesta 220 millones de euros. A bordo lleva siete instrumentos científicos. La misión debe operar al menos un par de días venusianos, lo que equivale a 486 días terrestres.
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