Soares no es suficiente

Los socialistas portugueses desempolvaron a uno de sus grandes pesos pesados para la dura batalla que se avecina a principios de 2006. El objetivo es evitar que la presidencia de la República pase, por primera vez en la historia de la democracia lusa, a un representante de la derecha. Mário Soares, fundador del Partido Socialista (PS), ex primer ministro y ex presidente, respondió a la llamada de los suyos. Pero sus 80 años y el hecho de haber sido jefe de Estado dos veces han producido un efecto contrario al esperado y ha favorecido la aparición de otros competidores.

Son cuatro, por ahora, los candidatos oficiales a sustituir al socialista Jorge Sampaio. Todos, de izquierda. Al aspirante Soares se le han sumado Jerónimo de Sousa, secretario general de los comunistas, Francisco Louçã, líder del radical Bloque de Izquierdas, y Manuel Alegre, prestigioso escritor, diputado y dirigente socialista y hasta hace poco amigo de Soares. "No vengo a dividir, sino a sumar más votos a la izquierda, para asegurar la victoria", dijo Alegre en un mitin celebrado el sábado.

Cavaco Silva ganará las elecciones sin excesivos problemas, según las encuestas

Pese a ser considerado el padre de la democracia portuguesa, Soares no ha conseguido crear una ola de entusiasmo. Los sondeos indican que Aníbal Cavaco Silva, el hombre gris, de perfil técnico, que fue primer ministro del Partido Socialdemócrata (conservador) entre 1995 y 1985, ganará las elecciones presidenciales sin excesivos problemas. Puede, incluso, vencer en la primera vuelta. Su triunfo sólo se complicaría si un candidato más en la izquierda -como es el caso de Manuel Alegre- conquista los votos del electorado que piensa abstenerse porque no quiere dar su voto a Soares.

Pero los analistas sostienen que será muy difícil que tantos candidatos de izquierda -que inicialmente estudiaron la posibilidad de unir sus esfuerzos en torno a un candidato único surgido del Partido Socialista- logren activar un verdadero frente anti-Cavaco Silva. Lo más probable es que la lucha inicial se plantee entre ellos, sobre todo porque Cavaco Silva aún no se ha presentado oficialmente. Mientras esa izquierda se dedica a opinar sobre las cualidades y defectos de sus candidatos para cautivar a un mismo electorado potencial, Cavaco Silva sigue esa lucha al margen del debate político, sin mancharse ni cometer errores, rehusando incluso comentar si es o será candidato.

El primer ministro, José Sócrates, insiste en que "el Partido Socialista tiene un único candidato, Mário Soares, que reunirá al electorado socialista, de izquierda y de centroizquierda". De momento, la candidatura de Soares parece lograr justamente lo contrario. Hace menos de un mes, cuando el ex presidente presentó su disponibilidad, Alegre criticó con dureza "la solución tipo patriarcal" encontrada por el partido ante las dudas de tener un candidato con fuerza y carisma suficiente para derrotar a Cavaco Silva.

Alegre defendió entonces que el país, hundido en una crisis de confianza y económica, necesitaba soluciones nuevas e imaginativas, que permitieran la verdadera renovación política, y que, a su juicio, Soares no encarnaba. El PS resta importancia a esta candidatura extramuros de Alegre, aireando la idea de que el escritor actúa por despecho, porque tras ser sondeado por Sócrates como posible candidato a la presidencia de la República, tuvo que ceder el puesto ante la inesperada llegada de Soares.