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La Generalitat aprueba medidas de emergencia para paliar la sequía

Los pantanos del Llobregat-Cardener están al 22,7% de su capacidad

Lluís Pellicer

El Gobierno catalán aprobó ayer el decreto de emergencia que fija las medidas que los ayuntamientos y las empresas de suministro de agua deberán adoptar en caso de que persista la actual sequía. La orden prevé reducir de forma progresiva el consumo doméstico y es más restrictiva con los usos recreativos y el riego agrícola y de los jardines.

Los municipios, solos o mancomunados, y las empresas que tengan la concesión para suministrar el agua fijarán el tipo de reducciones, por ejemplo, si habrá cortes o restricciones horarias. El consumo para los hogares se reducirá de forma gradual cuando las reservas sean inferiores al 20%, aunque ayer el portavoz del Ejecutivo catalán, Joaquim Nadal, aseguró que no se prevé recurrir a ello antes del mes de diciembre. "La aprobación del decreto no implica su aplicación inmediata, sino que se ejecutará en el caso de que persista la sequía y la insuficiencia de los recursos hídricos desde ahora hasta finales de año", explicó Nadal.

El Departamento de Medio Ambiente aún mantiene el nivel de excepción en el 1, y no prevé aplicar el segundo estadio hasta finales de octubre, sostuvieron fuentes de la Agencia Catalana del Agua (ACA).

De hecho, esta orden de emergencia ya estuvo en la mesa del Consell Executiu hace dos semanas, pero se retrasó su aprobación por las discrepancias entre Medio Ambiente y Agricultura sobre quién debía decidir si las aguas depuradas para el riego tienen suficiente calidad. Finalmente, apuntaron fuentes de la ACA,

lo determinará el Departamento de Salud.La mayoría de las restricciones serán decisión de quien suministra el agua a los municipios y a las industrias. Cada ayuntamiento, mancomunidad o empresa proveedora deberá administrar el agua de acuerdo al plan de contingencia que hayan elaborado según las características de la red de distribución, el territorio y las necesidades de la población. Por ejemplo, en algunos casos se puede optar por una reducción de la presión del agua que se suministra a las casas -lo que en algunos núcleos urbanos puede implicar que los pisos más altos no la reciban bien-, y en otros por los cortes horarios.

Sin embargo, el decreto establece criterios para garantizar una gestión correcta. Cuando un embalse esté por debajo del 20% de su capacidad, el consumo por persona y día se restrigirá a 230 litros. Si sigue sin llover y las reservas caen al 15%, el uso máximo será de 210 litros; si son inferiores al 10%, de 180 litros, y si siguen descendiendo hasta alcanzar el 5%, el suministro será de 160 litros por persona y día.

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Restricciones industriales

Las reducciones del agua para usos industriales dependen de la posibilidad de que estas actividades sean compatibles con la garantía de abastecer a la población. Por ello, la Agencia Catalana del Agua (ACA), que depende de Medio Ambiente, ha recabado propuestas e información del Departamento de Trabajo e Industria, sindicatos y patronales.

La Generalitat, además, trabaja con la posibilidad de que se pueda llegar a los peores escenarios para establecer medidas que permitan afrontar situaciones extremas. Por ejemplo, el consejero de Medio Ambiente, Salvador Milà, ya había avanzado que estudiará la posibilidad de traer agua en barcos al puerto de Barcelona. En todo caso, las previsiones del Gobierno catalán pasan por que este decreto permita que haya disposición de agua hasta la próxima primavera aunque se cumplan las hipótesis más pesimistas.

Las abundantes lluvias del pasado fin de semana no han servido para frenar la sequía, puesto que se concentraron sobre todo en el este de Cataluña y en las zonas del litoral y el prelitoral. En cambio, no ha llovido en la cabecera de los ríos ni en las áreas de captación de los pantanos. El portavoz del Gobierno catalán, Joaquim Nadal, recordó que las precipitaciones han sido abundantes pero "desordenadas", lo cual supone que "los recursos hídricos estén muy por debajo de años anteriores".

El conjunto de las cuencas internas de Cataluña está al 29,32% de su capacidad, cuando hace una semana se encontraba al 29,64%. Las lluvias han evitado que en esta última semana las reservas hayan caído un punto -que es la media en la que han ido descendiendo durante el verano-, pero no han servido para incrementarlas. Hace un año, los embalses catalanes recogían 520,5 hectómetros cúbicos de agua, el 75% de su capacidad.

Los pantanos más desabastecidos son los del sistema Llobregat-Cardener, que están al 22,7% de su capacidad, y el embalse que puede contener más agua de esta cuenca, el de La Baells, está al 20,1%. El área metropolitana de Barcelona, abastecida por el Ter y el Llobregat, podría sufrir las primeras restricciones "antes de noviembre", según fuentes de la ACA. No obstante, en caso de tenerse que aplicar el decreto de emergencia, las ciudades de la zona apenas notarían las reducciones en su consumo. De entrada, se limitaría su gasto a 230 litros por persona y día, cuando el uso medio ahora es de 232 litros.

El pantano de Boadella, en la cuenca de La Muga, está ya por debajo del 29%; los de Sau y Susqueda -del Ter-, al 32,2%, y los de Siurana y Riudecanyes, al 30,3%. El único que se mantiene a tope es el de Foix, aunque es el de menor capacidad de las cuencas.

El trasvase de agua de Sau a Susqueda pone al descubierto la antigua población.
El trasvase de agua de Sau a Susqueda pone al descubierto la antigua población.SUSANNA SÀEZ

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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