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El congreso mundial de curas casados cree llegado el fin del celibato obligado

"Éste es un camino sin marcha atrás". Es la conclusión del VI Congreso Mundial de la Federación Internacional de Sacerdotes Católicos Casados, celebrado en Wiesbaden (Alemania) bajo el lema ¿Qué tipo de curas para la Iglesia de Jesús hoy? Han participado 25 delegaciones de los cuatro continentes, entre otros los sacerdotes españoles Aitor Orube, Ramón Alario, Julio Pinillos, José Luis Alfaro y Andrés Muñoz. Orube era hasta ahora el presidente de la federación internacional. Los organizadores calculan que sólo en Alemania hay entre 3.000 y 4.000 sacerdotes que han colgado los hábitos para casarse y que desde 1964 lo han hecho unos 85.000 en todo el mundo (unos 6.000 en España).

"Desde los primeros intercambios de opiniones resultó evidente que no tiene sentido hablar del celibato, ni opcional ni obligatorio, sino es dentro de la urgencia prioritaria de construir una Iglesia al servicio de la sociedad y del reino de Dios. En esta Iglesia servidora cabe otra cuestión previa al celibato: la urgencia de descentralizar las tareas o ministerios de la comunidad eclesial, toda ella corresponsable, respetando la misión confiada al presbítero que puede ser, según el Evangelio y la tradición de la Iglesia, célibe o casado", dijo Pinillos

El congreso de Wiesbaden coincidió con la celebración del veinte aniversario de la federación y subrayó la tesis de que "el celibato como ley no se apoya ni en la Biblia, ni en la tradición de la Iglesia, ni en la teología dimanada del Evangelio, ni en la supuesta superioridad de los que no ejercen la sexualidad sobre los que deciden ejercerla, ni en una mayor maduración afectiva del clérigo sobre el no clérigo, ni en una mayor capacitación para el desarrollo de la actividad pastoral, ni en una mayor disponibilidad al menos en comunidades adultas que distribuyen las tareas de modo descentralizado según los carismas".

Otra conclusión del congreso es que el camino avanzado no tiene marcha atrás porque "la ley de celibato -no el carisma libre- genera cada vez más problemas que los que resuelve". Señalan entre otros: comunidades desatendidas por falta de sacerdotes, frustración afectiva en muchos celibatos impuestos, descalificación comparativa del matrimonio, falsedad en la interpretación del mandato de Jesús, control de poder y de casta en manos de célibes y empobrecimiento del diálogo ecuménico.

Informe sobre pederastia

Especialmente doloroso fue el testimonio de los delegados norteamericanos, que aportaron datos relacionados con los escándalos de pederastia sancionados por los jueces con el pago de más de l00 millones de dólares en indemnizaciones y multas. El congreso se sintió fortalecido, en cambio, por el apoyo de numerosos prelados, entre otros de dos cardenales brasileños que desde el año 1988 vienen alentando la restauración del celibato no impuesto. "Ustedes no son fugitivos ni desertores, sino pioneros de un movimiento pastoral que necesita la Iglesia", ha dicho el cardenal Aloisio Lorscheider.

Este sentimiento de esperanza se hizo palpable cuando se sometió a votación una carta al Sínodo de obispos convocado para octubre en Roma indicando que ha llegado el momento de revisar la ley del celibato. Para ello, recuerdan que el cardenal Joseph Ratzinger, hoy papa, preguntó a los obispos de Nueva York, convocados al Vaticano: "¿Qué opinan ustedes de la restauración del ministerio ordenado casado?", insinuando que si la ley del celibato era un obstáculo, podría pensarse en revisarla.

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