Cambalache entre Mas y Maragall

La actual ley electoral catalana tiene un perverso mecanismo que divide a los ciudadanos en primera y tercera clase ya que el valor del voto de estos últimos respecto a los anteriores representa esa relación. Es decir, un voto rural vale el triple que uno urbano.

Uno de los objetivos de PSC era acabar con esta discriminación. El previsible cambalache entre el presidente de la Generalitat Pasqual Maragall y el de la oposición, Artur Mas, para que se apruebe un nuevo Estatut, perpetuará esta situación, lo que significará que Maragall, atendiendo en exclusiva a sus propios intereses, y alimentando su desmesurado ego, perjudicará gravemente a su partido a medio y largo plazo y, lo más grave, habrá traicionado a la mayoría de sus votantes. ¡Felicidades Honorable President!- Maria Antonia Sabaté Jorba. Barcelona.

Poblenou no fue incívico

Pep Díaz Valls está preocupado, según afirma en su carta publicada el 22 de septiembre, por la politización de la fiesta mayor del Poblenou y el comportamiento incívico de algunos colectivos, entre ellos la Asociación de Vecinos y Vecinas del Poblenou. No creo que se pueda calificar de incívico lo que pasó en el pregón de la fiesta mayor. La protesta y la reivindicación es un derecho que tenemos la ciudadanía, y eso es lo que se puso de manifiesto delante de los políticos que estaban presentes en el acto. Sin esta actitud, apoyada por una mayoría de entidades y vecinos del barrio, no se habría conseguido salvar Can Felipa, Can Saladrigas, o cubrir el cinturón del litoral, entre otros. Yo, actualmente, estoy más preocupado por el futuro del Poblenou, por su identidad y por su patrimonio industrial (amenazado por el derribo de Can Ricart).

No se tiene que confundir la crítica con la falta de respeto y, si lo es pitar al regidor, también lo es que alguno de los que le acompañaban increparan al pregonero o a otros colectivos cuando proclamaban la defensa de Can Ricart.

No confundamos los altercados de borrachera de Gràcia y Sants con las consecuencias del malestar de la gente por la actuación municipal.