Uderzo publica el nuevo 'astérix' '¡El cielo se nos cae encima!'
El 33º álbum de la serie saldrá el 14 de octubre en 27 países
Albert Uderzo presentó ayer en Bruselas el 33º álbum de las aventuras de Astérix, titulado ¡El cielo se nos cae encima! Fue uno de los hitos de cinco días de fastos (de miércoles a domingo) en la capital belga en honor de los galos que mantuvieron a raya a César. El lanzamiento simultáneo y masivo del libro se realizará en 27 países y nutridas lenguas, incluidas el castellano y el catalán, el 14 de octubre. "Tengo prohibido revelar el contenido de la historia, porque queremos dar una sorpresa a los lectores", dijo ayer Uderzo.
Un remedo del pueblo de Astérix y Obélix se abrirá hoy en la Grand Place de la ciudad, donde se revelará un gran secreto: la poción mágica de Panorámix es la queimada gallega. Uderzo está lejos de representar los 78 años que ya cuenta y ayer fue la gran estrella de la presentación del nuevo astérix, hecha con pretensiones de fenómeno mediático: gran convocatoria de prensa, ensalzamiento de patrocinadores y frustrante misterio. Se dejó ver la portada de ¡El cielo se nos cae encima!, pero no se habló de su contenido, salvo pequeños detalles: Astérix y compañía rompen la tradición de que a cada aventura viajera le sigue una en casa, y por segunda vez consecutiva no salen de Armorica, la moderna Bretaña. "Habrá romanos, tan locos como siempre, piratas, algunas caricaturas de gente famosa actual, que habrá que descubrir, y un banquete final", señaló Uderzo.
La llegada a los lectores no se producirá hasta el 14 de octubre, con ocho millones de ejemplares de los que 300.000 verán la luz en España, empequeñecidos por los casi 3,2 millones de la tirada francesa, todo para seguir aumentando la leyenda del personaje concebido hace 46 años por Uderzo y René Goscinny, el guionista y amigo fallecido en 1977, como un antihéroe bajito, feo e irreverente.
Éste será el octavo tomo en solitario de Uderzo, que los sigue firmando junto a Goscinny, y sigue imaginando las historias y dibujándolas a lapicero antes de pasarlas a otros colaboradores para que las entinten -"porque ya no tengo la mano tan firme", dijo- y las coloreen: "Siempre he necesitado alguien que coloreara porque soy daltónico y confundo el verde y el rojo".
La portada del número 33 está directamente inspirada en la del número 1, Astérix el galo, invertidos los personajes y desaparecidos los romanos a los que entonces Astérix despachaba con un destructor puñetazo. Ahora será un rayo -"el único temor de los galos", según Uderzo- caído de unos negros nubarrones el que chocará con el puño del enfurecido galo.
En una ciudad sumergida en la pesadumbre por la marcha del proyecto europeo, y ante un personaje venido de una Francia incómoda consigo misma y con Europa, resultó inevitable la pregunta de si el negro panorama de la portada reflejaba el pesimismo que ahora envuelve a Francia. "En absoluto. No me meto en política", respondió Uderzo. "Siempre tuvimos la intención de evitar la política. Es peligroso inculcar a los niños ideas políticas, sean de izquierda o de derecha. Ya se hizo en el pasado y fue un desastre".
La presencia de Uderzo en Bruselas formó parte de una variada serie de actos para glorificar a Astérix y Obélix, que dieron nombre a sendos aviones y estarán en una serie filatélica. Una exposición acogerá hasta el 15 de enero en el complejo Tour & Taxis una muestra sobre el universo de Astérix. La muestra es decepcionante, con algunos puntos de interés: las 104 portadas en 104 lenguas y dialectos (en español, una vieja edición argentina de Astérix el galo, allí con el nombre de Astérix en los Invencibles); materiales de trabajo y dibujos que ya revelaban el talento del niño Uderzo, y planchas originales con dibujos a lápiz y con tinta china de las aventuras de los héroes de Armorica y sus sufridos enemigos.
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