El referéndum sobre la Carta Magna europea, sin fecha

En la confusión por los noes de Francia y Holanda a la Constitución europea, Polonia fue uno de los países que con más claridad alzó la voz para decir que había que seguir adelante con el proceso de ratificación. El Gobierno socialdemócrata del primer ministro, Marek Belka, llegó incluso a insinuar una fecha para someter el texto a referéndum: el 9 de octubre, coincidiendo con la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Ahora todo aquello se ha olvidado y nadie parece interesado en recordarlo: la ratificación ha quedado suspendida sine die en el mayor país -38,6 millones de habitantes- de los que se unieron al club en 2004.

Mucho han cambiado las cosas desde el amago de convocatoria informal del referéndum. El Gobierno ha acelerado aún más su descomposición interna y sabe que tiene los días contados. Belka, el técnico que asumió en 2004 la dirección del Gobierno de la Alianza de Izquierdas (SLD) para sustituir a Leszek Meslek, ya no es sólo un primer ministro independiente, sino que apoya a un partido de la oposición, el Partido Demócrata. Las encuestas, no obstante, son cicateras con esta formación europeísta impulsada por la Unión Liberal y ponen en duda que esté representada en el nuevo Parlamento.

La oposición que según los sondeos va a convertirse en Gobierno -la probable coalición entre Plataforma Cívica (PO) y Ley y Justicia (PiS)- no tiene el mismo entusiasmo con la Constitución. Ambos partidos ven positiva la entrada de Polonia a la UE, pero se sienten más cómodos con el escenario de Niza que con el paso adelante que encarna la Constitución.

Las cautelas se extremaron por los sondeos, que en junio advirtieron de que el apoyo al texto bajaba en Polonia. Según un estudio de junio de Cbos, en un mes el sí bajó 17 puntos y se situó en el 43%, mientras que el no subió 10 y alcanzó el 24%. Un portavoz del Gobierno subrayó ayer que la convocatoria del referéndum será responsabilidad del nuevo Ejecutivo.