Las tropas españolas vigilan el proceso de las elecciones

La misión de apoyo a las elecciones de los soldados españoles en Afganistán no concluyó el domingo. Después de una jornada que el capitán Francisco Calleja calificó de "muy tranquila", el batallón electoral destinado en Herat, al oeste del país, vigiló ayer el transporte de votos a los centros de recuento y la seguridad de estos lugares en los que hoy empieza el escrutinio de los votos. Unos 900 militares españoles están en Afganistán como parte de los 100.000 uniformados que protegieron el buen desarrollo de los comicios.

"Fue una jornada de absoluta normalidad", resumía ayer el capitán Calleja, oficial responsable de información, desde la base de apoyo de Herat. Los soldados españoles se ocuparon directamente de "la vigilancia del tercer anillo de seguridad, que comprende las vías de comunicación y el acceso a las ciudades". Un primer anillo, formado por policías afganos, protegió el exterior de los colegios electorales. El Ejército afgano asumió en un segundo anillo la seguridad de las ciudades. En total, 70.000 hombres reforzados por los 18.000 soldados estadounidenses de la Operación Libertad Duradera y los 10.000 de la OTAN, en cuya misión participa España.

El despliegue de los españoles alcanzó desde Qala-i-Nau, a 120 kilómetros al norte de Herat, hasta Shindand y Farah, al sur de la ciudad. Pero la mayoría de los efectivos se extendieron en torno a la propia Herat, una ciudad que tras el regreso de los refugiados se acerca al millón de habitantes. "Toda la zona oeste del país estuvo tranquila y, por lo que yo pude ver en Herat, la ciudad vivió un ambiente casi festivo", describió el oficial. La sola presencia de los soldados es considerada por la mayoría de los afganos como una disuasión frente a las bandas de salteadores.