El canciller elige la estrategia de confrontación
El líder socialdemócrata desata las críticas por su arrogancia tras el resultado electoral
El Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) obtuvo el domingo un 34,3% de votos, el cuarto peor resultado en unas elecciones generales desde el final de la II Guerra Mundial, y 442.880 votos menos que su rival, la democracia cristiana (CDU/CSU), pero exige la continuidad en el poder de su líder el canciller federal Gerhard Schröder. La intervención de Schröder en el debate de televisión de la noche electoral, conocido como la ronda de los elefantes, con los presidentes de los otros partidos, ha provocado estupor y las críticas de las asociaciones profesionales de periodistas atacados en su conjunto por el canciller, que les consideró culpables de los malos resultados de su partido en las diferentes encuestas preelectorales, que crearon un cierto desánimo.
Hasta la esposa del canciller, la periodista Doris Köpf, consideró que Schröder había rebasado todos los límites en su intervención en la televisión que inició con una arremetida contra una presunta conjura mediática en su contra durante toda la campaña. El director de la segunda cadena pública (ZDF) Nikolaus Brender rechazó con firmeza el ataque: "No todo lo que a usted no le gusta es una campaña mediática". La disputa siguió y el periodista replicó: "Esas formas de imputar no se hacen en la televisión pública". Brender se dirigió después a Schröder no con el tratamiento de "señor canciller", sino con el de "señor Schröder" por considerar que no se comportó con la altura exigida por el cargo. El experto en comunicación de la Universidad de Augsburgo Frank Berttschneider calificó la actuación de Schröder de "grotesca" y consecuencia de "la pérdida de la realidad aparejada con megalomanía". Otros analistas aseguran que esta actitud de Schröder esconde un evidente nerviosismo por unos resultados que hacen muy difícil, pero no imposible su permanencia en el cargo. También ninguneó el canciller a la presidenta democristiana, Angela Merkel, sumida en la decepción por su pobre resultado, pues esperaba una victoria amplia que le permitiera gobernar con los liberales del FDP. Con gesto prepotente, Schröder afirmó ante los estupefactos contertulios: "Nadie excepto yo está en condiciones de formar un Gobierno estable".
Según los escrutinios, la coalición SPD-Verdes consiguió 1.236.205 votos menos que la democracia cristiana (CDU/CSU) y los liberales (FDP). Schröder, tras descansar de la intensa noche electoral, reconoció ayer, un poco más sosegado: "Quizá estuve un poco alborotador en el programa". A la pregunta de si su mujer lo criticó, Schröder respondió: "Bueno, sí, dijo que debería haberme comportado más como un estadista".
Exceso de euforia
La otra cadena pública ARD dedicó un reportaje al comportamiento de Schröder al que presentó vestido de Rambo. Los sondeos registraron, hecho insólito, que los televidentes consideraron que Merkel estuvo mucho mejor que el canciller mediático en el debate poselectoral. La actuación de Schröder en la televisión era la comidilla de ayer en Berlín. Unos se inclinaban por interpretar que el canciller llegó borracho de satisfacción por su inesperado repunte electoral en el último momento y perdió el control tras una durísima campaña electoral en la que ganó 10 puntos con su compromiso personal.
El politólogo Kart-Rudolf Korte no cree que el comportamiento sea casual y aventura tres motivos: desviar la atención sobre el mal resultado del SPD, desmantelar a Merkel y creer que su partido es el más votado. Cuando se inició el debate, el instituto de sondeos Forsa dio por unos momentos al SPD en cabeza con dos escaños por encima de la CDU/CSU. El experto en partidos políticos Franz Walter declaró al servicio de noticias Spiegel Online que Schröder no ha salido dañado de las elecciones, sino al contrario: "Logró mucho más de lo que se suponía. Según la aritmética, ahora hay muchas posibilidades, el escenario está libre para los grandes maquiavélicos y el hombre del poder Schröder". No considera importante Walter que la coalición rojiverde haya perdido la mayoría y el SPD haya quedado por debajo de la CDU/CSU: "Ahora todo depende de la habilidad del artista. El que en los próximos días controle mejor los nervios, domine los mejores trucos y disponga de autoridad sobre su propio partido ganará la partida".
El SPD insiste en reclamar para Schröder la cancillería en una gran coalición con la democracia cristiana. El experto en partidos de la Universidad de Maguncia Jürgen Falter cree que el SPD en una gran coalición podría quedar roto entre su ala izquierda y la obligación de entenderse en el centro.
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