El pecado del médico andaluz: emigrar
No está tan claro que los acuerdos subsidiarios de una bolsa de contratación permitan al Servicio Andaluz de Salud (SAS) sancionar a siete médicos que, sujetos a una contratación precaria y sin aliciente profesional, deciden aceptar unas ofertas de trabajo sensiblemente mejores de otras Administraciones Sanitarias fuera de nuestra Comunidad. Es frecuente contemplar como desde el propio ámbito del sector público se obvian e incluso se vulneran derechos fundamentales de los trabajadores -digamos que a eso podríamos estar ya acostumbrados-, lo que ya no es tan habitual, es que además, asistamos al ejemplarizante castigo de unos trabajadores que en adelante y por haber tomado una legítima decisión personal van a perder derechos consolidados en la bolsa de contratación de Córdoba y además van a ver reducidas al mínimo sus posibilidades de retornar.
Sería fácil echar mano de la Constitución, del desarrollo legislativo laboral que nos enriquece a todos e incluso de las más elementales razones de uso común que hacen que cualquier hijo de vecino evite tirar piedras en su propio tejado. Sería fácil, digo, porque estamos hablando no sólo del sentido común a la hora de "no aplicar" un reglamento que es muy potestativo y sujeto a multitud de interpretaciones, sino porque además con ese tipo de medidas tan drásticas está en juego la propia credibilidad y visión de futuro de nuestros administradores.
Lo político, en una de sus muchas acepciones, nos dice que es el arte o traza con que se conduce un asunto o se emplean los medios para alcanzar un fin determinado. En esto radica el problema, primero en la actitud y verdadero deseo de nuestros gobernantes de llevar a buen puerto una determinada política sanitaria, donde irremisiblemente se deja que se pierdan profesionales de inestimable valor para la sociedad. Segundo en la aptitud o competencia de aquellos que, sin encomendarse a Dios o al diablo, toman decisiones que a la larga nos van a perjudicar gravemente a todos y va a contribuir a un comprometido deterioro de la sanidad andaluza. ¿Cómo es posible que se pierda tan valioso capital humano?
Lo mejor es lo que todo el mundo piensa, y sin embargo, por su cortedad de miras y obcecación nuestros gestores no ven. Me refiero a lo que pasa por la cabeza de cualquiera que, sin ser otra cosa que un currito de a pie, analice el problema desde el punto de vista más elemental y domestico de esta vida. ¿Por qué si "nuestros" médicos son un bien escaso que cuesta tanto dinero y sacrificio formar, no somos nosotros los que nos adelantamos a mejorar sus condiciones de trabajo, sus remuneraciones y la seguridad de sus empleos, y así, aparte de estimularles en su vocacional tarea, evitamos que se pierda tan valioso capital? ¿Por qué no? Alguien sabe la respuesta... Yo solamente tengo una y es aquella que habla de que tristemente aún nos gobiernan gentes que, instaladas en los cómodos púlpitos de la administración, sólo piensan en su inefable capacidad como gestores y en lavar las viejas afrentas clasistas que la ciudadanía hace tiempo dejó de lado.
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