Un latino lucha por la alcaldía de Nueva York
Fernando Ferrer, de origen puertorriqueño y criado en el Bronx, será el candidato demócrata en las elecciones
Fernando Ferrer se acaba de alzar como el candidato demócrata para luchar durante las próximas ocho semanas por la alcaldía de Nueva York y arrebatarle el asiento a Michael Bloomberg. Ferrer, de origen puertorriqueño y criado en el Bronx, contará con el apoyo de los que fueran sus tres rivales en las primarias demócratas, el congresista Anthony Weiner, Virginia Fields y Gifford Miller, que optaron por unir fuerzas en torno al hispano para restar enteros a la sólida popularidad del magnate republicano.
La historia de Freddy, como le llaman sus simpatizantes, podría ser la de muchos de los que fueran sus antiguos vecinos en el humilde barrio del Bronx, al norte de la isla de Manhattan. Cuando era niño se dedicaba a limpiar botas en la esquina de la calle 149 con Southern Boulevard. Hoy, a sus 55 años, el puertorriqueño es una de las personas más influyentes de la población hispana en Estados Unidos y sigue los pasos dados en California por Antonio Villarraigosa, que recientemente se hizo con la alcaldía de Los Ángeles y se ha convertido en un auténtico símbolo del logro del sueño americano entre la población hispana.
Cuando era niño Ferrer se dedicaba a limpiar botas en una esquina de la Calle 149
Si Fernando Ferrer lograra el próximo 8 de noviembre hacerse con la alcaldía de Nueva York, dos de las principales ciudades de Estados Unidos estarán gobernadas por hispanos y, además, del Partido Demócrata. Pero arrebatar el puesto a Bloomberg no será fácil, a pesar de que sea la ciudad más liberal del país. Los neoyorquinos, cuando se trata de comicios locales, priman más la popularidad de los candidatos y no los colores de los partidos que los respaldan.
Antes de Bloomberg, la ciudad estuvo dirigida durante dos mandatos por Rudolph Giuliani, convertido en mito por su gestión durante los atentados del 11 de septiembre de 2001. Al frente del Estado de Nueva York también hay otro republicano, el gobernador George Pataki, que ha decidido no presentarse a la reelección y que podría aspirar a la Casa Blanca.
La batalla será dura para acabar con 12 años de gestión republicana en Nueva York. Por eso, los demócratas optaron por aparcar sus diferencias y dar un primer buen paso respaldando a Fernando Ferrer, para evitar repetir la patética imagen de división interna que hace cuatro años dio el partido cuando competía por la alcaldía Mark Green.
"Hay varias cosas que nos dividen en cuestiones concretas", dijo Anthony Weiner tras tirar la toalla, antes de que se conociera el recuento final de la última ronda de votos. "Pero hay una en la que estamos unidos al 100%. Estamos comprometidos en convertir a Mike Bloomberg, al multimillonario republicano, en un alcalde de un mandato", remachó el congresista. "Tenemos que unirnos para hacernos con la ciudad", añadió, entre aplausos, Virginia Fields. "Nuestros hijos te necesitan. Serás un gran alcalde. Puedes conseguirlo. Que Dios te bendiga", remachó Gifford Miller mientras, a sus espaldas, los afiliados al Partido Demócrata alzaban carteles azules con el nombre del candidato Ferrer.
Pero los gritos de euforia y los aplausos no serán suficientes para reducir el 64% de apoyo con el que cuenta en este momento el republicano Bloomberg en las encuestas, muchos de ellos simpatizantes demócratas. El empresario va a destinar más de 100 millones de dólares a su campaña de reelección.
Fernando Ferrer, que durante 14 años ejerció como presidente del condado del Bronx, introduce una importante novedad respecto a anteriores batallas locales, ya que es el primer hispano que se hace con unas primarias de su partido por la alcaldía de Nueva York.
La victoria de Villarraigosa hace albergar muchas esperanzas. Y es su propia historia la que los demócratas quieren utilizar para hacerse con la alcaldía. Ferrer fue criado en el Bronx por su madre y su abuela. Es un barrio dominado por la población hispana, que como en el resto del país no para de crecer. El puertorriqueño deberá además convencer a los electores de que es capaz de lidiar con una ciudad en la que conviven otras razas y ciudadanos que hablan más de 120 lenguas.
El candidato demócrata propone seguir en la gestión de la ciudad la misma política que aplicó en el Bronx, la zona más pobre de la ciudad, para su desarrollo. Durante su gestión del condado se construyeron casi 70.000 viviendas y se crearon en torno a 34.000 empleos, gracias a los apoyos que dio para la creación de pequeños negocios. Además, facilitó el acceso a la salud y a la educación. "Las esperanzas y las oportunidades deben concentrarse en cada calle, en cada manzana, en cada vecindario", concluye.
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