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ELECCIONES EN ALEMANIA

El segundo voto es decisivo en el complejo sistema electoral alemán

Los casi 62 millones de alemanes convocados mañana a las urnas disponen de dos votos, y, algo que ignora la mitad del electorado, el segundo es el más importante porque decide sobre el número de escaños que corresponde a cada partido en el Parlamento federal (Bundestag). El sistema electoral alemán es mixto, una mezcla del sufragio directo y personal (mayoritario) y del voto por la lista de un partido (proporcional). Con el primer voto, los votantes eligen al diputado de su distrito y, con el segundo, la lista de un partido. Los escaños se reparten de forma proporcional, según los porcentajes de segundos votos.

Esto significa que la mitad del Bundestag (299 diputados) se elige de forma directa: son los más votados de cada distrito. Los otros 299 salen de las listas que los partidos presentan en cada Estado federado, repartidos según la proporción conseguida en todo el país. Un partido que logra un 42% de segundos votos recibirá esa cantidad en escaños. Se ocupan los escaños en primer lugar con los elegidos de ese partido con el primer voto. Y después los escaños se completan con los elegidos con los segundos votos hasta el 42%.

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El asunto se complica cuando un partido consigue más diputados por sufragio directo con el primer voto que los que les corresponden por el porcentaje del segundo voto. En este caso se respeta el voto directo de los electores. Todos los elegidos de forma directa con el primer voto entran y ocupan escaño en el Bundestag. Y se amplía el número de escaños. Esos mandatos complementarios pueden llegar a inclinar la balanza y decidir una elección cuando los resultados son muy apretados.

Los electores pueden dar sus dos votos al candidato de un partido y a la lista del mismo o combinarlos. Se puede votar con el primer voto por el diputado de un partido y por la lista de otro con el segundo voto. De esto se aprovechan los partidos pequeños que hacen campaña de forma descarada por pedir el segundo voto. Los Verdes y los liberales (FDP) volcaron su propaganda en el final de campaña hacia la conquista del segundo voto. De esta forma, los votantes socialdemócratas (SPD) pueden ayudar a su socio de coalición Los Verdes si les dan el segundo voto, y de la misma forma los democristianos (CDU/CSU) a sus aliados liberales (FDP).

Para evitar la dispersión de votos y la entrada de grupúsculos en el Bundestag existe una barrera del 5%. Si un partido no llega al 5% en todo el territorio federal se queda sin diputados, a no ser que consiga tres mandatos directos con el primer voto. En este caso, además de los tres mandatos directos, se cuenta el porcentaje de votos conseguidos aunque no haya llegado al 5%.

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