Una 'vaca loca' muerta en Álava hace dos meses reaparece viva en el registro estatal
La Diputación alavesa sospecha que algún funcionario alteró la identificación del animalLa res murió en la granja de la esposa del responsable delegado de sanidad animal en Álava
Una vaca loca cuya muerte se registró en Álava el pasado 12 de junio ha resucitado en el Sistema de Movimientos de Ganado (Simogan), dependiente del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. El Simogan es un registro que funciona con la información que suministran las comunidades autónomas sobre los movimientos del ganado entre diferentes explotaciones, así como los datos sanitarios y de origen de la res, y el momento de su fallecimiento. Los datos de la vaca loca alavesa han sido alterados desde el momento de su muerte. En el Simogan figuraba hace dos meses que el animal al que correspondían los crotales (las etiquetas de identificación con un número que se colocan en las orejas) era una vaca que habría fallecido en Eskoriatza (Guipúzcoa).
Sin embargo, ahora esas etiquetas aparecen en el Simogan como pertenecientes a una vaca viva de raza asturiana de los valles que está en la explotación de Tomás Bengoa Sasiain, ganadero alavés de Olaeta, y que nació en esta provincia. La vaca loca murió y fue recogida en la explotación de María Aranzazu Zúñiga Chasco en Santa Cruz de Campezo y la detección de la enfermedad la realizó el laboratorio Neiker el 15 de julio pasado.
Estos datos chocan además directamente con los del informe firmado por los veterinarios de la Diputación Foral de Álava, Javier Lauzurica y Carlos Marín, y elevado a la directora foral de Ganadería, en el que se asegura que la res fallecida por Encefalopatía Espongiforme Bovina (EBB) había nacido en Guipúzcoa.
El registro ministerial acepta modificaciones por errores, pero deben ir siempre acompañados de un expediente administrativo que los justifique. Fuentes del Departamento de Agricultura alavés aseguran que no existe ningún expediente abierto sobre esta vaca. También confirman que se necesita el apoyo de algún funcionario foral o del Gobierno vasco para poder modificar los datos del Simogan.El informe de la Diputación de Álava determina que la vaca loca llegó a la granja de María Aranzazu Zúñiga a través de "la intermediación de un tratante de ganado", el propio Tomás Bengoa. El crotal es el mismo en el informe de la Diputación y en el Simogan. Sin embargo, al animal se le cambió el crotal en 2003 por exigencias legales y las identificaciones anteriores. En el informe foral, corresponde a una vaca de Guipúzcoa y en el Simogan, a una de Álava. Pero los problemas de identificación y seguimiento del animal no terminan ahí. Ayer, en Gestión Ganadera de Álava, el Simogan de este territorio, la vaca había desaparecido. No figuraba como viva ni como muerta; sencillamente, no existía.
La falta de identificación exacta de una res que padece Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) tiene efectos directos sobre los protocolos de actuación respecto a su descendencia y los animales que han nacido en el mismo año que ella y en la misma explotación, porque se supone que han tenido la misma alimentación. Estas normas de actuación tiene como fin proteger a los ciudadanos sobre otros posibles casos de la enfermedad de las vacas locas, que causó el pasado julio la primera muerte en España, una mujer de 26 años. Si los datos son contradictorios o inexactos, resulta imposible realizar el seguimiento del ganado (la llamada trazabilidad) desde su nacimiento, así como certificar que el animal es el que los papeles dicen que es. Las reses, además de los crotales, deben tener un Documento de Identificación Animal (DIB). En Álava la identificación de los animales es competencia de la Diputación, pero la ha delegado, bajo su supervisión, en la cooperativa Abeltzain, perteneciente al sindicato agrario UAGA.
Esta cooperativa, además de realizar la identificación, se encarga del control sanitario (campañas sanitarias, análisis en compraventas, documentos de traslado de animales ...). La violación de las condiciones del convenio entre la Diputación alavesa y Abeltzain puede suponer la ruptura de la relación entre ambas partes.
El gerente de esta cooperativa y veterinario habilitado por la propia Diputación para el ejercicio de estas funciones es José Fernando Quintana, compañero sentimental de la ganadera María Aránzazu Zúñiga y ex juntero del PNV en Álava. Quintana ha compatibilizado su labor de gerencia con el ejercicio veterinario de su ganado, algo que ahora impide el decreto foral 33/ 2002. EL PAÍS cuenta en su poder con guías sanitarias de traslado de animales firmadas por Quintana y correspondientes a reses de explotaciones de sus familiares, lo que podría suponer su inhabilitación como veterinario facultado por la Diputación.
Más divergencias
Los movimientos de la vaca loca presentan además otro problema que afecta también a Abeltzain. La Diputación alavesa, en una comunicación a esta cooperativa firmada por el jefe de servicio Florencio Beltrán de Heredia y fechada el 28 de mayo, proporciona una lista de animales que aún no habían cambiado su crotal conforme a las nuevas exigencias legales. La vaca loca no está en la lista de los animales propiedad de María Aránzazu Zúñiga, pese a que el informe de Diputación y el registro que figuraba en Gestión Ganadera de Álava hasta hace dos meses dicen que esta res entró en su explotación en 2001. El cambio de crotal se hizo, según figuraba en dicho registro, el 4 de agosto de ese año, dos meses después.
Quintana es gerente desde hace más de diez años de Abeltzain, que lleva también más de una década realizando en exclusiva funciones delegadas de la Administración en Álava. En el Departamento de Ganadería de la Diputación de Álava trabajan cinco veterinarios. La directora del departamento es del PP, pero ha respetado la estructura heredada de los tiempos en que gobernaba el PNV.
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