Daniel Calparsoro narra el miedo a lo real en 'Ausentes', una película de suspense y "reciclaje"

Quería crear una película de género y se pasó al suspense. Ausentes, según su director, Daniel Calparsoro, es un filme de "reciclaje, inspirado en otras muchas películas". El realizador vasco es un apasionado de las películas de miedo, aunque ésta, que se estrena hoy en 120 salas de cine, es de "suspense. Cada vez me gustan menos las películas con muchos diálogos y mucho más las que con gestos y miradas insinúan". Ariadna Gil y Jordi Mollá protagonizan este thriller psicológico. La protagonista, una alta ejecutiva, ha sido despedida y no encuentra un nuevo empleo. Su mente es demasiado frágil y, aunque intenta empezar su vida en una casa diferente, el ambiente terminará convirtiéndose en un infierno, multiplicando sus miedos ante lo que ella cree fenómenos extraños a su alrededor.

Ausentes, según su director, "utiliza lo cotidiano como elemento de angustia, el miedo a lo real como elemento de thriller psicológico y la materialización de esos miedos como elementos de género". El guión ha sido escrito por Calparsoro en colaboración con el escritor Ray Loriga y Elio Quiroga. La película, indica el director, "ha sido enfocada desde el punto de vista de Ariadna Gil". "Busqué algo común, la pérdida de trabajo, y no muy traumático, porque para que tu mundo se convierta en un infierno no necesitas ser contagiado de hepatitis C por el anestesista Maeso. Cualquier día puede empezar tu infierno".

Desde que Calparsoro imaginó la película pensó en ambos actores para protagonizarla, "sabía que tenían que ser ellos y no me he equivocado". Para Ariadna Gil ha sido el papel más físico de los que ha tenido que representar en su carrera cinematográfica. "No fue nada fácil aprender a correr con tacones. Hubo momentos en los que me sentí agobiada por la tensión que el director era capaz de crear en la película. Me va la marcha y me gusta probar de todo, y este oficio nuestro te permite jugar con lo real y con lo que no lo es". Jordi Mollá considera que en Ausentes ha interpretado a dos personajes: "Uno para la película y otro para el espectador. Eso lo aprendí de Mateo Gil en Nadie conoce a nadie. En el thriller el actor tiene que tener un ojo en el personaje y otro en el público. Mi personaje juega a que el gato encerrado está dentro de mí y no en ella; y el de Ariadna también realiza este doble juego. Eso desestabiliza al espectador, que se pregunta ¿quién juega con quién?".

El director ha dejado un final abierto lleno de preguntas: "Lo que hago es experimentar y dejar que el espectador se plantee preguntas con mi trabajo y sea él el que obtenga las respuestas".