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Maeso admite que pudo haber contagiado el virus de la hepatitis C

"No sé si he contagiado el sarampión o la hepatitis C o alguna cosa; desde luego, de la forma que usted me achaca, no". Así contestó Juan Maeso -anestesista procesado por el contagio del virus de la hepatitis C a 276 pacientes en cuatro hospitales valencianos entre 1988 y 1998- a la pregunta más directa sobre sus supuestas prácticas irregulares que le efectuó la primera acusación particular en intervenir en el juicio que se celebra en la Sección Segunda de la Audiencia de Valencia, la letrada Ana Moner.

Maeso rechazó que tal contagio se produjera porque él fuera adicto a los opiáceos, se inyectara primero y luego pinchara anestesia a los pacientes. Sin embargo, también a preguntas de Moner (que representa a 34 afectados y una acusación popular), reconoció que frecuentemente se cortaba o se pinchaba con las ampollas y que, con la misma aguja, seguía con la anestesia. Ambas afirmaciones volverán hoy a ser discutidas en la sala porque entran en contradicción con algunas de las manifestaciones recogidas en sus declaraciones en la fase de instrucción y con las realizadas en las dos sesiones anteriores de la vista oral. Al menos así lo entiende el letrado Manuel Mata (que defiende los intereses de 15 afectados), quien al límite de tiempo pidió al tribunal que preside José Andrés Escribano Parreño que hoy tuviera lista una copia de esas manifestaciones y que el acusado volviera a pronunciarse sobre ellas.

Juan Maeso se sometió ayer a las últimas preguntas del fiscal Javier Carceller -a quien aseguró que desde que sabe que está contagiado de hepatitis C no ha tomado ninguna medida de asepsia, ni siquiera en su vida familiar- y a las de cuatro acusaciones particulares de las 135 que le interrogarán.

El anestesista -por tercer día vestido con la misma indumentaria y exhibiendo ironía y provocación- afirmó ser capaz de aguantar 144 horas seguidas "sin ningún estimulante, con o sin café". Fue la contestación al interrogante sobre la capacidad para trabajar seis días seguidos, como asegura el fiscal que consta acreditado en la causa, aunque Maeso niega que la relación de guardias efectuadas corresponda a la realidad. El acusado dijo haber tomado por vía oral analgésicos como Nolotil, Fentonilo y Adolonta. Negó que fuera un consumidor habitual. Y afirmó que el protocolo para acreditar las intervenciones en Casa de Salud eran "normas menos rígidas que en La Fe" porque los pacientes "son clientes y a los clientes hay que tratarlos un poco mejor".

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