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Francia, Reino Unido y Bélgica piden a las petroleras que bajen los precios

París desafía a la UE y rebaja la fiscalidad del carburante a agricultores y transportistas

REUTERS

La subida del petróleo se ha instalado en el primer puesto de la agenda de los Gobiernos europeos. La preocupación por que el encarecimiento de carburantes desate la agitación social en los sectores más afectados, como transportistas y agricultores, en Francia, Reino Unido y Bélgica, está forzando a los líderes de los principales países a una rápida toma de medidas. Los ministros contemplan una amplia y variada panoplia de respuestas alternativas, pero hay una coincidencia inicial: pedir a las compañías productoras que aumenten la producción y rebajen los precios. Mientras, Francia ha desafiado a la UE con una rebaja de la fiscalidad de los carburantes para agricultores y transportistas.

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El ministro del Tesoro británico, Gordon Brown, pidió ayer a los países productores que aumenten rápidamente la producción. Brown, quien reiteró que la subida de precios se debe a un aumento de la demanda superior a la oferta, hizo estas declaraciones a pocos días de la reunión que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) celebrará el próximo 19 de septiembre. La OPEP aporta el 40% del consumo mundial de crudo.

El ministro británico reiteró la posición adoptada por los líderes europeos el pasado fin de semana en la reunión del Ecofin en Manchester, en la que se rechazó el recorte de impuestos para compensar la subida de carburantes.

Entre los responsables europeos crece la convicción de que la presente alza del crudo "no está ahí por unos días o unas semanas, sino que es de carácter estructural", como señaló Joaquín Almunia, comisario de Asuntos Monetarios. Almunia se mostró partidario de "intensificar el diálogo con los países productores para aumentar la inversión en la extracción de petróleo, en las estructuras de refino y en la utilización de energías alternativas". El comisario advirtió de la conveniencia de ajustar el consumo a las necesidades del futuro. "Tenemos que garantizar que nuestros hijos tengan también un mundo en el que puedan disponer de la energía suficiente", añadió.

En Francia, el presidente Jacques Chirac pidió a las compañías productoras una rebaja de precios para calmar el ánimo de agricultores y transportistas.

Un informe de la Comisión Europea, divulgado ayer, subrayaba los efectos negativos de una posible rebaja fiscal sobre los carburantes: "La rebaja de la carga fiscal sobre los carburantes daría unas señales contradictorias que afectarían a largo plazo la política y pondrían en peligro los logros de los objetivos claves de las políticas europeas de transporte y medio ambiente".

El informe señala, entre las posibles medidas a aplicar a corto plazo, las dirigidas a modificar los hábitos de los ciudadanos, de "forma espontánea políticamente inducida". El trabajo recuerda que en la UE las tres cuartas partes del consumo final corresponde al sector del petróleo y que cerca de la mitad de éste es utilizado por vehículos de pasajeros privados. Considerando todas las medidas posibles en los cambios de hábitos en el transporte por carretera -uso más selectivo de coches, conducción menos agresiva, limitación de velocidad- se puede alcanzar un ahorro del 10% al 13% de carburantes.

Pero las advertencias de Bruselas no han detenido a Francia. Los agricultores y transportistas franceses se beneficiarán de reducciones en los impuestos sobre los combustibles. Ayer, en Rennes, en la inauguración de un salón agrícola, el primer ministro francés, Dominique de Villepin, anunció una serie de medidas fiscales destinadas a este sector entre las que destaca una reducción de un céntimo de euro sobre la tasa interior sobre los productos petroleros (TIPP). El coste para las arcas públicas será de 30 millones de euros.

Con efectos retroactivos al primero de septiembre, el Estado reembolsará a los agricultores un 80% del impuesto que grava el gas natural, mientras que hasta ahora les devolvía el 60%. Los impuestos sobre el gasóleo agrícola se reducirán un 50%.

El ministro de Transportes, Dominique Perben, llegó el lunes pasado a un acuerdo con las asociaciones de transportistas por el que los camioneros podrán deducirse impuestos hasta 700 euros anuales, lo que supone casi el doble de los 366 euros que hasta ahora podían restar de su declaración de renta. Aquellos transportistas que utilicen vehículos de bajo consumo, podrán llegar hasta los mil euros.

Para hacer frente al choque petrolífero que vive la economía mundial, De Villepin anunció ayer la puesta en marcha de un programa para reducir la dependencia de Francia del crudo y sustituirlo por otro tipo de combustible. En el año 2015, el 10% de todos los carburantes utilizados en Francia será de origen vegetal, según este plan.

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