Ahora resulta
Ahora resulta que a Esperanza Aguirre le entra la angustia por la situación del agua en Madrid. Pide al presidente Zapatero que dé una solución cuando ella tenía que haberlo hecho hace meses. Somos muchos los madrileños que vimos hace tiempo la que se nos venía encima. Yo mismo envié varios correos a Telemadrid para que abrieran un debate sobre el tema, ya en marzo, cuando el problema era latente, pues todos sabemos que aquí no cae una gota en verano.
Pues bien, la señora Aguirre se da cuenta de que hay una parte del agua acumulada que no es utilizable y le entra la angustia. Si pide cuentas a Zapatero será porque quiere echar el muerto a otro, como siempre. Porque no sé de quién serán las competencias, pero, si ella hubiera tomado medidas, nadie, de ninguna administración, las hubiera rechazado. Y la prueba es que en muchos lugares se han tomado y algo se habrá ahorrado. Pero, por lo que parece, a doña Esperanza lo que más le importa es que alguien crea que la culpa ahora es de Zapatero y el problema real del agua de Madrid le pilla un poco tangencial, porque supongo que el campo de golf donde juega habitualmente estará bien regadito... Dios nos ampare con estos políticos baratos.
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