Temprano a la cama y una sonrisa camino de la escuela
Los expertos aconsejan que los niños retomen el horario de los días de clase en las fechas previas al regreso a las aulas
Los padres deberían transmitir a sus hijos que la vuelta al colegio es algo normal. Así lo sostienen varios expertos en didáctica y psicología consultados para este reportaje. Sin embargo, en muchos casos, sin pretenderlo, los padres crean ansiedad a los niños al trasladarles la idea de que volver al trabajo es algo pesado, o diciéndoles algo así como: "Qué bien que regresas al cole, porque te has portado muy mal", como si volver a las aulas fuese un castigo, afirma Carmen Valdivia, catedrática en Psicopedagogía de la Universidad de Deusto.
Socialmente, existe una gran separación entre trabajo y descanso que debería reducirse para que la ruptura entre las dos etapas no sea total. "La vida tiene vacaciones, que son muy bonitas, pero luego llega la etapa del colegio, que aunque no es un hobby, también tiene aspectos positivos e interesantes: aprender, los amigos", añade Valdivia. Esta experta advierte de que esa actitud con los hijos debe mantenerse de forma constante: no se debe recordarles lo bueno de la escuela sólo la víspera de entrar de nuevo a las clase.
"Entrar al colegio es una actividad normal, así que no hay fórmulas para ello"
"Entrar al colegio es una actividad normal. Es algo que hay que hacer: así que se hace y nada más. No hay fórmulas", opina Francisco José Silvosa, profesor de Diseño del Currículo y Organización Escolar de la Universidad de Santiago de Compostela. Es, dice, responsabilidad de la familia indicar al niño que debe iniciarse en el trabajo sin ningún problema. Eso sí, los padres no deben "aparcar al niño en el colegio", sino que deben de trabajar en la educación con los profesores, asegura Silvosa.
"Los padres deben ofrecer a los chicos aquellos medios mínimos para poder hacer las actividades instructoras y de enseñanza: tiempos, lugares, espacios, materiales, pero una vez que se los han facilitado, deben exigirles que sean responsables y cuidadosos con ellos", agrega Rufino González, profesor de Didáctica, también de la Universidad de Santiago. Para González, generalmente los niños de infantil y primaria van contentos a clase, así que lo fundamental es que sus progenitores favorezcan que sigan así.
Eduardo Lacasta, formador de profesores en el área de Lógica y Matemática de la Universidad Pública de Pamplona asegura que es normal que los chicos estén preocupados o con miedo por el cambio de entorno que supone entrar a la escuela, pero recomienda a los padres que "se pongan en la situación del menor" y que hagan un esfuerzo por quitarles la preocupación. Si bien es cierto que los propios padres sienten pena al dejar a sus hijos pequeños en el colegio, deben "controlar sus propias emociones y despedirlos con buenas palabras y una sonrisa, sin darle importancia a la separación".
Cuando han tenido dos meses o más de vacaciones, los niños están acostumbrados a los juegos y a tener sus propios horarios, así que la familia puede ayudarles a readaptarse y recuperar de nuevo el ritmo mandándoles a la cama y despertándoles unas horas más temprano durante dos o tres días antes de volver a la escuela, recomienda Víctor Santiuste, catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Complutense.
Los niños vuelven a sus actividades con expectativas de jugar o de estar con sus amigos, pero ahora deben comenzar una actividad que, en algunos casos, les puede parecer rutinaria o aburrida, o mostrar preocupación por las materias más complicadas. "En estos casos los padres y los profesores deben tener paciencia", recomienda Santiuste. Pero confía en que, en cualquier caso, los niños irán adaptándose a la nueva rutina en poco tiempo: "Ellos irán ganando su propio terreno, acostumbrándose a los profesores y a los amigos". Y los padres deberán reducir las horas de televisión y propiciar un ambiente de estudio.
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