Regreso a Roma cerca de Vitoria
La tercera edición de los Ludi Veleienses recupera en el yacimiento de Veleia la vida civil y militar del imperio romano
Una campa de la llanada alavesa, entre Vitoria e Iruña de Oca, recuperó ayer la gloria de las legiones romanas, el fragor de los combates de los gladiadores y la disipada vida de las familias pudientes de Veleia, la principal ciudad romana en el País Vasco. No era el rodaje de una película de romanos, ni la celebración de un carnaval extravagante: se presentaba al público la tercera edición de los Ludi Veleienses (Juegos de Veleia), cuidada recreación de la vida en aquel enclave, a partir de los hallazgos arqueológicos que se van descubriendo en este yacimiento.
La cita, que se repetirá hoy, se ha convertido en imprescindible para los aficionados a las recreaciones históricas. Durante la primera jornada, más de 3.000 visitantes acompañaron al elenco de figurantes que recuperaban la vida en el Imperio romano. Es comprensible: sólo con ver el entusiasmo con el que combaten los gladiadores del grupo Familia Gladiatoria Pannonica, procedente de Hungría, merece la pena acercarse hasta el escenario campestre dispuesto entre los pueblos de Víllodas y Trespuentes.
Y eso que la puesta en escena no tiene nada que ver con la de Gladiator ni con las clásicas películas de romanos. En los Ludi Veleienses manda el rigor histórico y la divulgación. Otra cosa es que los gladiadores húngaros pongan pasión en la pelea. Así se pudo comprobar en el combate que mantuvieron, entre otros Moderatur y Minimus, con el público animando y pidiendo la muerte del perdedor, como si no hubieran pasado 2000 años. Algo comprensible después de disfrutar con la cuidada factura de los cascos que cubren las cabezas de los contrincantes y la fiereza de los ataques.
Era el aspecto más vistoso de un programa de tres horas que presenta la vida civil y militar de cualquier ciudad romana entre los siglos I a. C. y V d. C. Pero también hubo momentos de paz, como el que recupera la casa de Pompeya Valentina, el principal emblema de Veleia, por ser hasta ahora el hallazgo más relevante de las investigaciones arqueológicas.La investigación arqueológica es un trabajo lento, minucioso, con muchas decepciones y pocas alegrías. Una de ellas fue la confirmación del patrocinio de Euskotren a la excavación que se viene realizando en Veleia desde hace decenios. Hace tres años, la empresa pública vasca se apuntaba al mecenazgo cultural y se comprometió a financiar los estudios en la antigua ciudad romana alavesa durante un decenio. Un apoyo s que permitía además dignificar la difusión de un lugar que fue fundamental en el trayecto entre Astorga y Burdeos.
Y así nacieron también los Ludi Veleienses (que hoy viven su segunda jornada, de 11 a 14.30), una forma de difundir al público los resultados de un trabajo de interés para especialistas. Es cierto que el rigor histórico está reñido con el espectáculo, pero en estas jornadas se intenta que la gente disfrute con el viaje al pasado. El programa dura unas tres horas. El escenario está situado en un llano, al final de una ladera, en una especie de anfiteatro natural. Hasta allí llegan desfilando todos los grupos que participan en el evento: Cohors I Gallica y Asociación Arkiz (Álava), Roma Antiqua (Reino Unido), Familia Gladiatoria Pannonica (Hungria), Legio I Germánica (Cataluña) y otros artesanos peninsulares.
Después de romper filas, salen los presentadores del evento, el caristio Parmenio, un ex legionario que ha hecho dinero en las campañas militares y que vuelve a su ciudad natal, y el griego Víctor, preceptor de una de las familias ricas de la ciudad. Con profusión de detalles, se explican las características de la legión romana a lo largo de su historia, el armamento o las tácticas de combate. Más tarde, salen los gladiadores y el público descubre que la vida o la muerte del perdedor no se decidían con el pulgar, sino con el puño levantado o bajando la palma de la mano.
Los Ludi Veleienses no se olvidan ni del instrumental quirúrgico, con la aguja para operar de cataratas que se encontró en Veleia como estrella de la muestra. Tambien hay lugar para la lencería femenina y otros complementos que llevaban las mujeres, como un pequeño cuchillo para utilizar en caso de encuentros no deseados. Sólo hay que lamentar una ausencia: la gastronomía, a la que tan aficionados eran los romanos.
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