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Chirac tendrá que guardar reposo tras abandonar el hospital

El presidente de Francia no acudirá a la Asamblea General de Naciones Unidas

Jacques Chirac abandonó ayer al mediodía el hospital militar de Val-de-Grâce, donde permaneció ingresado durante una semana por un "pequeño accidente vascular". El presidente francés aseguró encontrarse "en muy buena forma", y explicó que los médicos le habían recomendado que fuera "razonable" durante una semana. Fuentes del entorno presidencial desvelaron más tarde que Chirac sufre todavía "de unas pequeñas molestias en su campo visual".

Las mismas fuentes, citadas por la agencia France Presse, también precisaron que estas "molestias" resultan ser un problema que "ha disminuido considerablemente, que seguirá reduciéndose y que esperamos que sea completamente reabsorbido". El centro hospitalario parisino del Val-de-Grâce, por su parte, hizo pública una nota indicando que el jefe del Estado debe hacer "el máximo reposo en los próximos 15 días" y evitar "los desplazamientos aéreos durante seis semanas".

Esto último le impedirá acudir a la Asamblea General de Naciones Unidas que tendrá lugar el próximo miércoles en Nueva York. El primer ministro, Dominique de Villepin, lo sustituye. El presidente francés ya ha anunciado que aplaza sus viajes previstos en las próximas semanas a Egipto, Ucrania y Kazajistán.

Bronceado, algo más delgado y sin mostrar ni una sola secuela del ictus cerebral que ha padecido, el presidente francés salió por su propio pie del hospital, acompañado por su esposa, Bernadette, y parte del equipo médico que le ha tratado durante estos días. Con la evidente intención de poner fin a los muchos rumores que han corrido esta semana, Chirac se dirigió a la nube de periodistas y cámaras de televisión que esperaban frente al hospital. "Los médicos me han recomendado que durante una semana sea razonable, y lo seré tanto como me sea posible", explicó. "Soy alguien disciplinado, así que seré razonable", aseguró.

Chirac bromeó sobre las ganas que tenía de salir del hospital cuando se acercaba la hora de comer, y se despidió de los periodistas indicando que precisamente se proponía ir a almorzar. Antes de subir al coche presidencial, sin embargo, tuvo tiempo para saludar personalmente a algunas de las personas que se habían congregado frente al hospital para esperar su salida, que corearon su nombre ante las cámaras de televisión.

El pasado viernes 2 de septiembre, sufriendo fuertes dolores de cabeza y problemas de visión, el presidente francés ingresó en secreto en el hospital militar de Val-de-Grâce. La noticia fue ocultada por el Elíseo hasta el sábado por la mañana, cuando le fue comunicada al primer ministro, Dominique de Villepin, pero no al ministro del Interior, Nicolas Sarkozy. Se habló entonces de un "pequeño accidente vascular", evitando mencionar la palabra "cerebral".

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73 años en noviembre

El hospital sólo hizo público un comunicado el pasado lunes en el que precisaba que Chirac había sufrido "un accidente vascular correspondiente a un hematoma de pequeño tamaño", lo que explicaba "el carácter aislado y limitado de la alteración de la visión" del presidente. En la nota comunicada ayer, el centro hospitalario recordó que el presidente seguirá "controles regulares".

Jacques Chirac cumplirá 73 años el próximo mes de noviembre y desde su acceso a la presidencia en 1995 no había tenido ningún problema de salud. Esto, junto a su buen porte y su permanente bronceado, le ha hecho parecer más joven de lo que es ante la opinión pública. Hace dos años corrió el rumor de que sufría una incipiente sordera en su oído derecho, lo que fue inmediatamente desmentido. Este incidente, sin embargo, ha puesto realmente en duda su capacidad para seguir en la política más allá de cuando acabe su mandato, en 2007.

Jacques Chirac, acompañado por su esposa, Bernadette, sale del hospital Val-de-Grâce.
Jacques Chirac, acompañado por su esposa, Bernadette, sale del hospital Val-de-Grâce.REUTERS

Villepin vuelve a la ONU

La hospitalización de Chirac no sólo ha intensificado la pugna que mantienen el primer ministro, Dominique de Villepin, y el del Interior, Nicolas Sarkozy, para sucederle al frente de la derecha francesa, sino que ha beneficiado al primero, proporcionándole un perfil presidencial. La gran carambola, sin embargo, es la que el destino ha querido regalarle ahora a Villepin: el próximo miércoles ocupará el lugar del presidente de la República en la Asamblea General de la ONU, en Nueva York.

Villepin vuelve así al escenario que le consagró internacionalmente, cuando como ministro de Exteriores francés, el 14 de febrero de 2003, defendió el voto en contra de la invasión de Irak, enfrentándose a Estados Unidos, defendidas entonces por el secretario de Estado, Colin Powell. Su elegancia, su lirismo en un momento tan tenso, le ganaron el favor de la opinión pública de Europa contraria a la guerra.

Entre el 13 y el 15 de septiembre, los jefes de Estado y de Gobierno de casi todo el mundo se encontrarán en Nueva York para tratar la posible reforma de la ONU y elaborar un programa de lucha contra la pobreza. Chirac había conseguido apoyos, entre ellos el de España, para impulsar su proyecto de imponer una tasa mundial sobre los billetes de avión para luchar contra la pobreza.

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