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Un grupo palestino asesina al ex jefe de seguridad de Arafat

La desaparición de Musa representa un desafío a Mahmud Abbas

El asesinato del general Musa Arafat, primo del difunto Yasir Arafat y uno de los hombres más odiados, corruptos y temidos por la población, representa un importante desafío para el presidente palestino, Mahmud Abbas, que le tenía como consejero de asuntos de seguridad. Israel, que podría adelantar al 12 de este mes su retirada militar de Gaza, exige al presidente palestino que confisque todas las armas y desmantele "las bandas terroristas".

Un desafío en toda la regla y a gran escala ocurrido a escasos 200 metros de la residencia de Abbas en el barrio de Talal-Hawa, al sur de la ciudad de Gaza. El presidente palestino, enfurecido por "este ajuste de cuentas", reunió urgentemente al Consejo de Seguridad Nacional, declaró el estado de emergencia y prometió detener a los asesinos. "Este crimen no impedirá que restauremos el orden de Gaza", advirtió. Según fuentes palestinas e israelíes, el hijo de Musa Arafat, Nimhel, un destacado oficial de las fuerzas de seguridad, fue secuestrado y muerto posteriormente. Una noticia desmentida por el líder del Comité de Resistencia Popular, Jamal Abu Samada, que se limitó a decir que "está vivo".

La muerte de Musa Arafat, primo del ex presidente palestino Yasir Arafat, no ha sorprendido a nadie en Gaza, ya que desde hace años era un personaje odiardo que había sufrido varios atentados. El último, en octubre de 2004, cuando un coche bomba explotó al paso del convoy en el que iba protegido por decenas de guardaespaldas.

Para la mayoría de palestinos, Musa Arafat era el general de la corrupción, el cerebro de los ajustes de cuentas, el padrino que cobraba impuestos a cambio de favores, el militar que eliminaba los focos de oposición a su primo Yasir Arafat, y el hombre que fue acusado reiteradamente de cometer abusos sexuales contra mujeres. En abril y en una de sus primeras medidas como presidente, Abbas le destituyó.

Desde que fue nombrado por su primo jefe de la Inteligencia Militar palestina y posteriormente comandante de la Seguridad Nacional, la lista de enemigos de Musa Arafat se hizo interminable. Las muchas cuentas pendientes, el rencor y el odio acumulados en muchos años ha hecho que ahora su muerte no "haya provocado mucha tristeza", en palabras irónicas de un dirigente palestino. Sus enemigos iban desde los integristas de Hamás -en el año 96, Musa Arafat ordenó cortar las barbas a líderes como Abdelaziz Rantisi o Mahmud Zahar- hasta miembros de su propio movimiento, Al Fatah. Desde la fundación de este grupo, en 1959, estuvo siempre en el círculo influyente que rodeaba, protegía e impulsaba el liderazgo indiscutible de Yasir Arafat.

Lo que sí ha sorprendido en Gaza ha sido la espectacularidad con la que se cometió el asesinato. A las cuatro de la madrugada los milicianos cortaron las calles adyacentes a la casa de Arafat y tras neutralizar a los numerosos guardaespaldas irrumpieron en la habitación donde dormía. Dijeron su nombre en voz alta, le acribillaron, sacaron su cuerpo a la calle y le volvieron a disparar en la cabeza. 23 balas que acabaron con su vida y consolidaron el caos en Gaza. La complejidad de la operación -100 encapuchados armados con pistolas, fusiles, granadas de mano, cohetes y con 20 todoterreno- obliga a pensar que ha sido obra de varios grupos. Según los servicios secretos israelíes, "Hamás ha sido el cerebro de esta acción. No descartamos tampoco que miembros de los organismos de seguridad palestinos estén involucrados en el asesinato".

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El portavoz de Hamás, Sami Abu Zuri, negó cualquier relación. "Pese a que Musa Arafat era uno de los personajes que más ha contribuido a la corrupción y represión del pueblo palestino, nosotros rechazamos el uso de la violencia dentro de la sociedad palestina".

El Gobierno israelí reaccionó con una advertencia a Abbas. "Debe confiscar las armas ilegales y desmantelar las bandas terroristas", dijo el ministro de Exteriores, Silvan Shalom.El titular de Defensa, Shaoul Mofaz recomendó adelantar la retirada militar de Gaza al 12 de septiembre, tres días antes de lo previsto.

Musa Arafat, en su oficina de Gaza en julio de 2004.
Musa Arafat, en su oficina de Gaza en julio de 2004.ASSOCIATED PRESS

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