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Zapatero e Ibarretxe coinciden en que ETA debe dejar las armas para el proceso de paz

Ambos políticos cierran acuerdos sobre el cupo, la Ertzaintza y los gastos del 'Prestige'

Por vez primera desde que fue elegido lehendakari en 1998, Juan José Ibarretxe salió de La Moncloa con acuerdos. Ayer cerró con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el litigio pendiente, desde 2003, sobre el costo reclamado por el Gobierno vasco de los gastos derivados del Prestige y por la ampliación de la Ertzaintza, y postergaron al acuerdo del fin de semana sobre la financiación sanitaria el cierre del contencioso sobre el Cupo. Hubo, también, una "identidad de puntos de vista" sobre la condición para el proceso de paz y normalización en Euskadi: el cese de la violencia de ETA.

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En las algo más de dos horas de encuentro entre Zapatero e Ibarretxe, desarrolladas en un ambiente "cordial", no se habló para nada del plan Ibarretxe. Según el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, que ejerció como único portavoz de la reunión, dedicaron la reunión sustancialmente a hablar sobre las perspectivas de un proceso de paz. Tanto el presidente como el lehendakari valoran los 27 meses transcurridos sin que ETA haya cometido atentados mortales y la voluntad expresada por Batasuna de sustituir la violencia por la política en el "conflicto vasco".

En este sentido, y a modo de conclusión, el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, manifestó, al final del encuentro, "la identidad de puntos de vista, entre Zapatero e Ibarretxe, sobre la necesidad del fin de la violencia", a la que situó como condición "inexcusable" para abrir un proceso de paz y normalización en Euskadi. Esto es, en Euskadi no se abrirá un proceso de paz propiamente dicho hasta que ETA haga público el cese definitivo de las armas.

Incluso, el proceso de normalización de Euskadi, entendiendo como tal la mesa de partidos que reforme el Estatuto, con la participación de la ilegalizada Batasuna, no se pondrá en marcha hasta que ETA cese su actividad definitivamente. Esta versión del Gobierno central fue matizada por un portavoz del Ejecutivo vasco.

La nota publicada por el lehendakari -que se negó a comparecer ante los medios de comunicación- expresa su voluntad de iniciar un "diálogo sincero y discreto" con todos los partidos vascos para "generar las condiciones suficientes que permitan la puesta en marcha de un instrumento de diálogo que haga posible conseguir acuerdos que conduzcan a la normalización política".

No obstante, la nota matiza que esa mesa de partidos exige el cese definitivo de la violencia de ETA para entrar en su fase de "diálogo resolutivo".

De hecho, hoy mismo inicia Ibarretxe en el País Vasco una ronda de partidos, con el líder del PSE, Patxi López, para sondearles sobre la posibilidad de constituir una mesa de partidos que incluya a la ilegalizada Batasuna. Tanto el PP como el PSE ya han anticipado su negativa a participar en ella hasta que la formación que lidera Arnaldo Otegi condene la violencia o ETA cese definitivamente.

El ministro de Administraciones Públicas, como portavoz de la reunión, dejó claro que, ante la expectativa de un proceso de paz en Euskadi, la pelota está en el tejado de Batasuna, con el logro del cese definitivo de las armas por parte de ETA. Fue ésa su respuesta cuando se le preguntó sobre la advertencia al Gobierno de Zapatero del dirigente de Batasuna, Pernando Barrena, de que el proceso tiene una "fecha de caducidad" que situó en las elecciones municipales de la primavera de 2007.

Ante la negativa de Ibarretxe a informar personalmente, el PP pedirá su comparecencia en el Parlamento vasco para explicar allí el contenido de la reunión. El portavoz popular Leopoldo Barreda dijo que Ibarretxe "está trasladando al ámbito institucional, incluidas sus relaciones con el presidente del Gobierno, una costumbre de opacidad instalada en el nacionalismo y que ya practica en el País Vasco. Quiere tener por norma el no dar explicaciones".

El portavoz de la ejecutiva socialista vasca y miembro de la ejecutiva federal del PSOE, Rodolfo Ares, no quiso valorar el proceder de Ibarretxe, pero señaló que la opinión de su formación y del propio Gobierno está implícita en la mera comparecencia del ministro Sevilla. "Lo razonable es informar a los ciudadanos de lo que tratan los responsables institucionales y nosotros vamos a seguir haciendo una política de explicación a la sociedad con normalidad y claridad, porque no tenemos ningún motivo para lo contrario", añadió.

Por su parte, Ibarretxe trató de excusar su ausencia ante los medios de comunicación, al señalar en su nota que no es "partidario de realizar conclusiones precipitadas sobre la reunión".

José Luis Rodríguez Zapatero y Juan José Ibarretxe, en el palacio de la Moncloa.
José Luis Rodríguez Zapatero y Juan José Ibarretxe, en el palacio de la Moncloa.MANUEL ESCALERA

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