¿A quién pertenece la imagen?

¿Qué es más importante, el domicilio de la persona que encontró a la Virgen de la Piedad o el lugar dónde apareció la imagen? En Guadix están convencidos de lo primero aunque los bastetanos se nieguen a permitir cada año que el Cascamorras se la lleve a su pueblo. Nunca en la historia de la fiesta el personaje enviado por la Hermandad de Nuestra Señora de la Piedad de Guadix ha conseguido su propósito.

La leyenda dice que la primera persona que ostentó ese título fue Juan Pedernal, un accitano que, trabajando en el lugar dónde actualmente se encuentra la Iglesia, en Baza, se encontró la imagen. Cuando volvió a su pueblo y contó lo que le había pasado, sus vecinos le reclamaron que tomara de nuevo el camino de Baza para traer la talla a Guadix bajo la máxima de que la Vírgen es de quién se la encuentra.

Desde entonces, cada año se repite el fracaso del personaje, que tendría que llegar limpio a la Iglesia donde se encuentra la imagen para poder llevársela. Pero el Cascamorras, encarnado siempre por un accitano, es sistemáticamente embadurnado de aceite y pintura oscura por los vecinos de Baza para que no logre su fin mientras corre por las calles de Baza. Su sufrimiento se repite cuando regresa sin la talla a Guadix. Sus paisanos lo bañan entonces en tintes de colores para reprocharle que no haya cumplido el encargo de traer consigo la Vírgen.

Esta fiesta, compartida por los dos municipios más importantes del norte de la provincia de Granada que tienen a la Piedad por patrona, ha sido declarada de interés turístico por la Junta de Andalucía. El Ayuntamiento de Baza, con el apoyo de todas las instituciones de la provincia quiere lograr la declaración de Festividad de Interés Turístico Nacional, que otorga el Gobierno central y para lo que cuenta con el apoyo de todas las autoridades locales. El objetivo es dar al desgraciado pero querido Cascamorras la máxima difusión.