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Columna
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Céntimos

Prueba del extraordinario nivel de desarrollo que ha alcanzado España es que estamos discutiendo de céntimos. Con el acaloramiento de siempre, pero no dejan de ser céntimos. Y lo son sólo para los consumidores de alcohol y tabaco. Lo siento por los bebedores de cerveza, tan contentos desde la recalificación de la planta de Cruzcampo en Sevilla: ahora tendrán que poner algún dinero más en el botellón para pagar el exceso del gasto sanitario. Entre las plusvalías del suelo y la gestión recaudatoria para el Gobierno, no es de extrañar que la multinacional Heineken dé tantos beneficios. Mientras en Andalucía hacemos las cuentas, los madrileños no verán subir su Mahou. Cabe pensar que si aumenta un poco más el impuesto sobre el alcohol podemos deslocalizar el botellón a la capital del Reino. Lo que cuesta trabajo entender es la factura farmacéutica: se pagan traspasos de hasta dos millones de euros por una botica en lo que se ha llamado el estanco farmacéutico, un privilegio monopolístico que nadie quiere reformar. No se acomete la distribución de genéricos por los centros de salud, la prescripción de las dosis exactas y el estrechamiento de márgenes comerciales. Para colmo no se recuerda que ya no hacen falta colectas populares para que se atiendan patologías en Houston como se hacía hace años. Ahora el sistema aporta cualquier tratamiento por complejo que sea. Además, la población ha aumentado en Andalucía por el crecimiento vegetativo y los inmigrantes. Como dijo Romanones "¿quién paga todo esto?" . Si lo hacen los fumadores y los bebedores, tanto mejor. Sobre todo para los que no lo somos. Aún así, la insobornable oposición de Arenas tocará a degüello y sus bravos guerreros irán al brochazo grueso para defender a los pobres consumidores de alcohol y tabaco castigados por la perfidia socialista. Es tal el aumento del gasto sanitario que hasta para los acomodados veraneantes de Costa Ballena se han dedicado los principales esfuerzos SAS de Cádiz. Las condiciones de vida han mejorado tanto que mientras en los EE UU se preocupan por el Katrina, en Darfur, Níger y Mali por la hambruna, en Andalucía le dedicamos nuestra atención a que un grupo de familias veraneen en buenas condiciones para que no lleguen a pensar que hay un verano mejor. Si esto no es progreso que baje Carlos Marx y lo vea.

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