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Brühl acoge el universo surrealista de Max Ernst

El museo dedicado al artista en su ciudad natal reúne todas las facetas de su obra

La extraordinaria obra de Max Ernst, genial exponente del surrealismo, puede contemplarse ya reunida en un museo dedicado al artista en su ciudad natal: la alemana Brühl, en donde Ernst nació en 1891. Treinta años después de su muerte (murió en 1976 en París, un día antes de cumplir 85 años), el Museo Max Ernst, que se abrió ayer, acogerá, en una superficie de 2.000 metros cuadrados que comprende un edificio clasicista junto con un moderno pabellón central diseñado por el arquitecto alemán Thomas van den Valentyn, sucesivas exposiciones que iluminarán todas las facetas de este artista clave en la configuración de las vanguardias del siglo XX.

El presidente de Alemania, Horst Köhler, y el del Estado federal Renania del Norte-Westfalia, Jürgen Rüttgers, inauguraron anoche en Brühl el Museo Max Ernst. El centro abre sin directora, porque ésta fue despedida a comienzos de este año. La creación del centro ha costado 14 millones de euros, que provienen de fondos privados y públicos. La andadura del nuevo museo arranca con dos exposiciones complementarias. La primera, que durará hasta el 5 de marzo de 2006, refleja la sorprendente variedad de lenguajes artísticos, los quiebros y las contradicciones con los que el artista dejó sus testimonios personales del siglo XX.

Max Ernst "abre la puerta hacia un mundo que nadie ve", afirma Werner Spies, ex director del Centro Pompidou de París, comisario de la muestra con la que abre el museo y autor de varios libros sobre el artista, al introducir la nueva institución a los medios. El museo es, según Spies, un "retrato arquitectónico" del artista que detestaba el siglo XIX.

Ernst abandonó Brühl en los años veinte para trasladarse a Francia. Spies, amigo de Max Ernst, relata cómo Breton decía que sin Ernst no existiría el surrealismo. Antes, Ernst había experimentado en Colonia con los dadaístas.

"Los conflictos comenzaron en la casa, en primaria y secundaria, cuando en el cerebro del niño se instaló la idea que había llegado al mundo para pintar. Los adultos intentaron oprimirlo. El artista se resistió. No importa adónde lo conducía su destino y los acontecimientos del mundo, se le abrían posibilidades infinitas de encontrar, entre las personas, entre los ángeles y diablos libres a amigos", se lee en una proyección de la segunda y exquisita exposición sobre el artista, montada por el cineasta y amigo de Ernst Peter Schamoni, y que se puede ver en el museo hasta el 30 de septiembre de 2006. Schamoni logra acercar al espectador a la vida y a la personalidad de Max Ernst mediante instalaciones interactivas, 19 documentales y películas, en las que Ernst interviene, como La edad de oro, de Buñuel, señalando las raíces de su arte, las influencias y el desarrollo de su creatividad, en la que siempre aparecen rasgos humorísticos

El museo de Brühl ha reunido 60 esculturas de todos los periodos del artista, un 90% del total de la obra escultórica en su mayoría trabajada en bronce, y un 90% de su obra gráfica (700 piezas), además de 36 imágenes para su esposa, Dorothea, óleos, trabajos sobre papel que la ciudad empezó a coleccionar en 1969, dos frescos que Ernst hizo para la casa de Paul Eluard en Eaubonne y 500 fotografías del artista. Entre las esculturas destacan Capricorn y El rey juega con la reina.

Ernst no veía sus trabajos artísticos como una obra completa, pese a que vivió 85 años, porque, según su opinión, el artista se caracteriza por una búsqueda constante. "Un pintor sabrá qué es lo que no quiere. Pero, cuidado, cuando quiere saber lo que él quiere. El pintor está perdido en cuanto encuentra. Para Max Ernst su único mérito es la suerte de no haberse encontrado nunca", contó Max Ernst sobre sí mismo.

Préstamos

El museo abre sus puertas 30 años después de la muerte de Ernst, porque es el tiempo que se necesita para saber con qué se escribe y construye la historia, explica Spies. Ahora está claro, según el historiador de arte, que "necesitamos a Max Ernst dentro de la historia cultural y del pensamiento para construir el siglo XX".

Para que el nuevo hogar de Ernst en su ciudad de origen conserve la vitalidad de sus comienzos está previsto acoger en préstamos constantemente obras de Ernst de los importantes museos metropolitanos de todo el mundo. Aunque, según advirtió Spies, un 80% de lo que creó Ernst se encuentra en colecciones privadas.

Obra de Max Ernst en el nuevo museo de la ciudad alemana de Brühl.
Obra de Max Ernst en el nuevo museo de la ciudad alemana de Brühl.THOMAS BRILL
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