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Reportaje:

Una fortuna para que en la Selva se hable inglés

La herencia de 33 millones de euros de un austero empresario permite crear una fundación para el aprendizaje del inglés

Lluís Pellicer

La transacción se ha efectuado con éxito. Ocho años ha tardado la Generalitat en poder cumplir el insólito designio de Joan Riera, un austero jubilado de Santa Coloma de Farners, que falleció en 1997 a los 91 años. Legó al Gobierno catalán 42 millones de dólares (33,6 millones de euros) para que se destinaran de forma íntegra a la enseñanza del inglés a los jóvenes de su comarca. El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, se reunió ayer con los patronos de la fundación que ejecutará su deseo, que se ha convertido en una de las principales fundaciones de España por el volumen de dinero que gestionará. En diciembre ya convocará las primeras becas de inglés.

Riera empezó a forjar su fortuna en la década de 1940, cuando su fábrica de calcetines se convirtió en el principal proveedor del ejército. El empresario, un gran aficionado a viajar, invirtió en unos terrenos de Venezuela que resultaron ser un yacimiento petrolífero. Cuando los vendió para reparar su fábrica, maltrecha tras un incendio, reinvirtió las ganancias en fondos de inversión norteamericanos. En el pueblo nadie sospechó la riqueza de Riera. Vivía austeramente y conducía un Seat 1430 que heredó la Generalitat.

A pesar de su afición a viajar, nunca habló inglés, lo cual se convirtió en una enorme frustración. Por ello, decidió emplear su fortuna en que los chavales de la Selva aprendieran este idioma. No ha sido fácil para la Generalitat disponer de los 33,6 millones. La directora general de Patrimonio, Immaculada Turu, explicó que el dinero estaba depositado en una cuenta del banco JP Morgan en las Islas Caimán, uno de los paraísos fiscales preferidos de las grandes fortunas. "Han sido muy exigentes antes de poner el dinero a nombre del Gobierno de la Generalitat, y han comprobado que se cumplieran todas las condiciones de Riera", afirmó.

Para complicar el proceso, un sobrino pidió una parte de la herencia, que la Generalitat ha abonado sin recurrir a la cuenta de las Caimán. El testamento de Riera fija que su capital debe gestionarse a través de una fundación con dos comités de control. El dinero financiará ahora estancias en Estados Unidos y mejoras en la enseñanza del inglés en la Selva, pero la fundación ha creado, además, otro fondo con dinero de la Generalitat y de entidades privadas para promover el inglés entre los jóvenes de toda Cataluña.

Estas navidades, por fin, saldrán a convocatoria las primeras becas de la Fundación Privada Catalana para la Enseñanza del Idioma Inglés y la Educación en Inglés, un largo nombre que se prevé cambiar por el de su mecenas. No será necesario gastarse los 33,6 millones, puesto que basta con usar los intereses que generan para pagar las becas. La Selva ya no tendrá, pues, excusa para no ser trilingüe.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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