_
_
_
_
_
EL AHORRO EN EL CONSUMO RETRASA LAS MEDIDAS POR LA SEQUÍA

Las localidades que reciben agua del Llobregat tendrán más restricciones dentro de 15 días

La Generalitat expedienta a ocho eléctricas y amonesta por consumo excesivo a 40 poblaciones

El Gobierno catalán aprobará la próxima semana un decreto que separa la conexión del Ter y del Llobregat a efectos de abastecimiento del área metropolitana de Barcelona. Es el primer paso para aplicar restricciones a las tomas de agua del Llobregat, cuyas reservas están al 24% de su capacidad. La situación de excepcionalidad en su segunda fase se desarrollará cuando las reservas bajen hasta el 20%. Si no llueve, será dentro de unos 15 días. La Agencia Catalana del Agua (ACA) anunció ayer que ha expedientado a ocho eléctricas por usar agua indebida y ha amonestado a 40 poblaciones por consumo excesivo.

En estos momentos, y desde el pasado mes de mayo, la zona de Cataluña que se abastece de las cuencas internas (toda la que no recibe el agua del Ebro) se halla en la primera fase de excepcionalidad. Esta misma semana hubiera entrado en vigor la segunda fase de no haber llovido, aunque poco, y de no haberse aplicado las normas de ahorro que han evitado el consumo de unos 45 hectómetros cúbicos, equivalentes al consumo de un mes y medio, aproximadamente.

Las primera fase impone limitaciones al riego agrícola, prohíbe el uso de agua potable en fuentes ornamentales y, salvo en caso de necesidades higiénicas, en el riego y la limpieza urbanos. También obliga a las empresas hidroeléctricas a no retener caudal, y restringe el uso de agua potable en los campos de golf. La segunda fase prohíbe todo uso de agua potable en los campos de golf, que deberán usar agua depurada o dejar de regar; asimismo, limita el riego agrícola al imprescindible para mantener vivas las plantas, aunque no proporcionen frutos o cosechas.

Expedientes a hidroeléctricas

El director de la ACA, Jaume Solà, anunció ayer que se ha expedientado a ocho compañías eléctricas (cuatro de las cuencas del Ter y otras cuatro de la del Llobregat) por haber infringido las normas. Estas empresas no deben acumular el agua, sino utilizarla a su paso por donde tengan la planta. Sin embargo, la retienen para generar energía de noche ya que ésta se paga a mayor precio que la generada de día. Con ello alteran la situación del cauce, ya sometido a mínimos para prolongar las reservas.

Además, Solà explicó que se ha amonestado a 40 poblaciones, cuyos nombres no facilitó, por uso excesivo de agua. Todas ellas consumen más de 280 litros por persona y día, cuando la media catalana es de 220.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

La entrada en la primera fase de emergencia, que puede producirse a principios de noviembre si sigue sin llover, supone precisamente la limitación del agua suministrada a las distribuidoras domésticas (municipios o empresas concesionarias). En esta fase, el Gobierno catalán limita el suministro a las poblaciones y éstas deben regular las entregas a los particulares y a las industrias, jugando con lo que reciban y los recursos propios (pozos y acuíferos) cuando dispongan de ellos.

La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, conminó ayer a las personas que viven en ciudades a "hacer un uso más eficiente del agua". La ministra hizo hincapié en que las ciudades deben solidarizarse con los agricultores y ganaderos, que están teniendo pérdidas a causa de la sequía y de los ajustes necesarios para abastecer a la población. "La Generalitat", dijo Narbona, "lo está haciendo muy bien", en alusión a los decretos de restricción que ha dispuesto el Gobierno catalán, "que han permitido el ahorro de 45 hectómetros cúbicos".

Este ahorro se ha producido en parte gracias a la reducción de consumos (25 hectómetros cúbicos), en parte gracias a las aportaciones de agua originariamente destinada a riego agrícola (12 hectómetros cedidos por los regantes del Ter y 8 procedentes del Llobregat).

La situación, sin embargo, sigue siendo dramática, sobre todo en la cuenca del Llobregat, con el 24% de sus reservas totales. "El Llobregat está prácticamente seco, está muy cerca del fatídico 20% que le hará entrar en situación de excepcionalidad 2", dijo el director del ACA.

El Ter, en cambio, se encuentra en mejores condiciones ya que sus pantanos mantienen aún el 31% de su capacidad de almacenamiento. Uno y otro ríos reciben sus aguas de modo muy distinto. La del Ter llega de cumbres nevadas, lo que le permite efectuar aportes a los pantanos en primavera, cuando se produce el deshielo.

El Llobregat, en cambio, es un río que se nutre de agua de lluvia, de modo que toda la que cae por debajo de los pantanos, como hace dos semanas, se pierde a efectos de consumo doméstico. "Para el próximo martes", afirmó Solà, "habrá un decreto que disocie la gestión de ambos ríos" con el objetivo de aplicar restricciones donde sea imprescindible y prolongar las reservas en el Ter. Solà anunció que hay ya 56 municipios que necesitan abastecerse de agua aportada por medios mecánicos (cubas y camiones), debido a que sus propios recursos no resultan suficientes para el consumo de la población.Uno de los mayores problemas que afronta Cataluña es la situación declarada de emergencia en 56 de sus municipios. Estas poblaciones suman en total de 103.920 habitantes. Entre ellas se cuentan Caldes de Montbui (15.096 habitantes), Sant Celoni (14.278), Súria (6.183), El Pont de Suert (2.212) y Sort (2.003). La desecación de los pozos y el agotamiento de las aguas superficiales no garantizan el suministro de agua para uso de boca. "En algunas localidades sale del grifo un agua amarronada, que no son más que los limos del fondo de los pozos o ríos", aseguró Solà.

La situación de emergencia es la tercera fase de excepcionalidad. Si el resto del territorio catalán se encuentra en la primera fase, estos 56 municipios han superado el punto de gravedad y no pueden consumir más de 160 litros por habitante y día (la media catalana es de 220), y sufren recortes en el suministro doméstico, por lo que se debe asegurar el agua mediante camiones cisterna.

El director del ACA insistió en que nunca se había trabajado con situaciones tan extremas: "Es complicado afirmar exactamente cuál es el tope máximo de agua que un municipio debe gastar. Estamos trabajando con los ayuntamientos, las empresas y los sindicatos para calcular juntos estos máximos, pero en una situación como la actual, con la complejidad social, nadie tiene un plan de contingencias absolutamente solvente" afirmó Solà.

A pesar de todo, el director del ACA insistió en que los ayuntamientos se esfuercen en evaluar todas las contingencias que surjan, para asegurar que situaciones semejantes no se den en el futuro. "Hay 52 municipios que no han elaborado ningún plan todavía y se les ha requerido para que lo hagan". La ACA ha pedido a todos los consistorios que gestionen poblaciones de más de 20.000 habitantes que analicen sus recursos para hacer frente a las situaciones de sequía excepcional. Esas 52 ciudades que no han seguido las recomendacoones del ACA, y que Solà no quiso citar, tienen más de 20.000 habitantes en muchos casos, y todavía no se conoce qué medidas adoptarán en caso de faltar agua.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_