Schröder enardece a los socialdemócratas alemanes con su fe en la victoria electoral

El canciller federal, el socialdemócrata Gerhard Schröder, de 61 años, afirmó ayer en el congreso electoral del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) en Berlín que "no hay nada decidido" y la elección del próximo día 18 "se decidirá en los últimos 14 días". Los 525 delegados del SPD premiaron puestos en pie con una ovación de 12 minutos el brillante discurso de hora y media de Schröder. Acusó el canciller a la candidata democristiana (CDU / CSU), Angela Merkel, de 51 años, de destruir la paz social en Alemania y defender una sociedad insolidaria.

Schröder aseguró que Merkel preconiza "una sociedad fría, insolidaria e inhumana donde predominen los codos" y en la que "la envidia, la rivalidad y el egoísmo caractericen cada vez más la vida en común".

Los sondeos de la pasada semana dan a la democracia cristiana (CDU / CSU) un 43% frente al 30% del SPD. Schröder abrió su discurso con un ataque contra "la alianza no santa" de investigadores de opinión, dirigentes económicos y la oposición que intentan crear la impresión de que la carrera electoral ya está decidida. Los delegados al congreso del SPD tuvieron ayer una sesión de terapia colectiva con el mejor Schröder imaginable.

La táctica de Schröder para el último tramo de la campaña electoral quedó ayer clara: atacar a Merkel como un peligro por tratar de desmantelar la economía social de mercado y convertir Alemania en un país dividido entre poderosos y débiles. Como blanco de sus ataques eligió Schröder el experto en finanzas y potencial ministro de Hacienda de Merkel, Paul Kirchhof, al que se refirió como "ese catedrático de Heidelberg".

Kirchhof se ha convertido en la estrella de la campaña electoral. Sus propuestas de una tarifa impositiva plana de un 25% para todos, con supresión de todas las posibilidades de deducción, han desencadenado la polémica incluso en las propias filas democristianas. Aprovechó Schröder para salir en defensa de las enfermeras, bomberos y policías que, según los planes de Kirchhof, tendrían que pagar impuestos por sus pagas extras por trabajos nocturnos y en días festivos que ahora están libres de la voracidad del fisco. Además, criticó Schröder como antisociales los planes de suprimir las deducciones fiscales por desplazamientos al trabajo.Schröder preguntó: "¿Se puede entregar a semejante persona el Ministerio de Hacienda?". Y embalado, añadió: "¿Se puede entregar la Cancillería a una mujer así que está dispuesta a hacer experimentos?". Para Schröder, los planes de Kirchhof suponen un déficit de 42.000 millones de euros y representan lo que el ex canciller socialdemócrata Helmut Schmidt calificó en el pasado de "capitalismo rapaz".

En otro momento de su discurs, Schröder atacó los planes de reforma del seguro de enfermedad de la CDU / CSU porque equiparan a los altos ejecutivos con las empleadas de la limpieza. Sobre el plan de subir el IVA dos puntos, hasta un 18%, Schröder afirmó que es antisocial porque perjudica a los jubilados y parados que no se benefician de la reducción de costos no salariales.

Tendió una mano Schröder a los sindicatos con los que mantiene una pugna abierta desde que el Gobierno del SPD-Los Verdes puso en marcha la Agenda 2010 con los recortes sociales. Según Schröder, la CDU / CSU trata de "romper la cerviz a los sindicatos", recortar los derechos de los trabajadores y acabar con la cogestión.

En política internacional, Schröder se pronunció a favor de desarrollar con Rusia unas relaciones similares a las que ahora se mantienen con Francia. Sobre las alianzas de Alemania, Schröder afirmó que implican derechos y deberes, "pero las cuestiones sobre la guerra y la paz se decidirán en Berlín mientras los socialdemócratas tengan la capacidad de decidir".