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Chiíes y kurdos dan un ultimátum a los suníes para que acepten la Constitución iraquí

Bush presiona a los principales políticos para que integren a todas las comunidades

Los líderes chiíes y kurdos anunciaron anoche un acuerdo sobre el borrador de Constitución iraquí que será presentado el domingo en el Parlamento. El texto será sometido a los dirigentes suníes, que se oponen al federalismo, para que lo discutan hoy; pero, con su acuerdo o sin él, el borrador constitucional será enviado a la Cámara para ser votado en referéndum en octubre. Esta última oferta se produjo después de que el presidente de EE UU, George W. Bush, interviniese personalmente, con una llamada al ayatolá Abdelaziz al Akim, para impulsar un acuerdo que integrase a los suníes.

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El presidente del Parlamento iraquí, Hajim al Hasani, aseguró anoche que se habían realizado una serie de reformas en el borrador para acercar posiciones con los suníes, pero que el texto acordado de madrugada era el último: seguirán adelante con o sin los suníes, que representan al 20% de la población iraquí, aunque mantuvieron el poder bajo la dictadura de Sadam Husein. "Hemos llegado a un acuerdo de principios. Mañana los suníes se van a reunir para dar una respuesta antes del domingo; pero ese día, definitivamente, vamos a anunciar un acuerdo. Si respuesta es negativa, iremos al referéndum de todas formas", señaló.

"Ha habido un acuerdo, incluso sobre el tema del federalismo. Eso dará garantías a los suníes", afirmó por su parte el presidente del Comité Constitucional, el dirigente chií Humam Hammudi, que anunció la próxima impresión de 5 millones de copias del texto que serán distribuidas junto a las raciones de comida.

La mayoría de los representantes suníes guardaron silencio, pero las pocas declaraciones que se hicieron anoche parecían indicar que los suníes se quedarán fuera. El dirigente Saleh al Mutlaq llamó a votar no en el referéndum de octubre porque el texto presenta "un futuro negro" para Irak. Si tres provincias iraquíes se pronuncian en contra en octubre, el texto quedará anulado.

Los políticos chiíes y kurdos no precisaron anoche las reformas que se han realizado en un borrador que los suníes consideraban hasta el momento intolerable. La oferta final también incluye la prohibición del partido Baaz, único bajo Sadam.

La intervención del presidente Bush se produjo después de que varios dirigentes chiíes anunciaran su determinación de seguir adelante sin los suníes, que se oponen de forma tajante a cualquier forma de federalismo: después de todo, el borrador sería aprobado en un Parlamento controlado por chiíes y kurdos a raíz de que los suníes boicotearan las elecciones legislativas de enero.

Si los suníes no aceptan antes del domingo este último borrador será un duro golpe para los esfuerzos de la Administración Bush por incorporar a esa comunidad al proceso de transición política. La Casa Blanca ha insistido en que sumar a los suníes al proyecto constitucional contribuiría a restar apoyos a la insurgencia armada.

Los suníes se oponen a un sistema federal que crearía una gran región chií autónoma en el sur del país, equivalente a la región kurda del norte. Tal estructura, dicen, rompería la unidad del país y les dejaría al margen de los beneficios de los yacimientos petroleros del sur y el norte.

Otro punto de desacuerdo es la prohibición del Baaz, instrumento sobre el que Sadam apoyó su tiranía. Los suníes temen que esta prohibición les excluya de puestos gubernamentales y les discrimine en la vida pública.

A pesar de estos argumentos, hay dudas sobre la sinceridad de los negociadores suníes. La mayoría de los 15 miembros de la delegación suní militaron en el partido Baaz, y entre los dirigentes chiíes crece la sensación de que su objetivo es bloquear cualquier acuerdo.

Así las cosas, el intento de los chiíes de esquivar a los suníes comenzó el jueves, cuando aplazaron indefinidamente la sesión de la Asamblea Nacional en la que se discutirá y votará el borrador el domingo. El temor a que el pacto constitucional saltara definitivamente por los aires parece haber impulsado a Bush a telefonear personalmente a Abdelaziz al Hakim, jefe del Consejo Supremo de la Revolución Islámica, que forma parte de la coalición gubernamental.

Según un funcionario iraquí citado bajo condición de anonimato, los estadounidenses, que ya habían expresado su frustración con los suníes, se sienten también molestos con la cerrazón de los chiíes. "Los norteamericanos quieren que los chiíes hagan concesiones a los suníes para mantenerlos a bordo. Creen que, de lo contrario, muchas cosas irán a peor, incluida la seguridad", señaló.

Un portavoz del dirigente chií Múqtada al Sáder dirige el rezo ayer en el barrio de Jadamiya, en Bagdad.
Un portavoz del dirigente chií Múqtada al Sáder dirige el rezo ayer en el barrio de Jadamiya, en Bagdad.REUTERS

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