Los expertos no hallan pruebas de un plan nuclear secreto en Irán
Las trazas de uranio enriquecido hasta un nivel útil para la fabricación de armas atómicas encontradas hace dos años en Irán proceden de equipos paquistaníes y, por tanto, no son una prueba de la existencia de un programa secreto de armas nucleares por parte de Teherán. Ésta es la principal conclusión de un grupo de científicos de EE UU, Francia, Japón, Reino Unido y Rusia, que durante nueve meses se han reunido en secreto para examinar los datos recogidos por los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) que han visitado las instalaciones atómicas de Irán.
El grupo de expertos, cuya existencia se ha mantenido en secreto, confirmó recientemente que las muestras de uranio altamente enriquecido -un ingrediente clave de una bomba atómica- pertenecían al equipo de centrifugadoras entregadas por el Gobierno de Pakistán a Irán. El régimen iraní había insistido durante este tiempo en que las trazas de uranio enriquecido encontradas por los técnicos del OIEA eran resultado del equipo contaminado comprado a Pakistán hace unos años. Para la Administración de Bush, por el contrario, esas trazas eran la prueba de que Irán estaba fabricando los ingredientes de la bomba.
Las conclusiones de los científicos serán recogidas en un informe que será trasladado a la junta de gobernadores del OIEA la primera semana de septiembre, según fuentes norteamericanas y europeas. El informe "dirá que el contencioso de la contaminación está resuelto", dijo un diplomático occidental. Los funcionarios estadounidenses hace meses que reconocían privadamente que dichas trazas no iban a servir para probar que Irán estaba desarrollando un programa de armas nucleares.
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