Buena acogida de CiU a la cita del presidente

La convocatoria del presidente Pasqual Maragall fue positivamente acogida por el principal partido de la oposición, CiU, cuyo concurso es imprescindible para aprobar la reforma. El diputado Francesc Homs, que ha sido el principal ponente de CiU en la redacción del proyecto, respondió con un significativo "ya era hora de que hiciera algo".

Sin embargo, los nacionalistas siguen manteniendo posiciones que parecen insalvables para los socialistas. El propio Homs sostuvo ayer, en declaraciones a Radio Barcelona, que Maragall debe asumir que el nuevo Estatuto catalán ha de tener "un acento claramente nacionalista", puesto que en el Parlamento catalán también hay una mayoría nacionalista entre CiU y ERC, además de la mayoría de izquierdas que apoya al actual Gobierno.

Los nacionalistas han dedicado el mes de agosto a presionar a Maragall para que accediera a tener una entrevista con el presidente de CiU, Artur Mas. Pero, al mismo tiempo, sus dirigentes no han cesado de asegurar que el acuerdo sólo es posible si los socialistas se suman a las posiciones de los nacionalistas en los puntos conflictivos. Y se han enzarzado en un cruce de acusaciones con el PSC acerca de quién debía tomar la iniciativa de esa entrevista. Ayer, el propio Homs calificó como "absurda" esta polémica y asumió como útil la ronda convocada por Maragall.

Homs adelantó ayer que Mas reiterará en septiembre a Maragall los cinco puntos que, ya en julio, le manifestó que CiU considera básicos para el acuerdo definitivo sobre la reforma del Estatuto de Autonomía: la financiación; el blindaje de las competencias de la Generalitat; el mantenimiento del actual modelo de consejos comarcales; dejar al margen de la reforma los asuntos relativos al modelo de sociedad, en particular el modelo educativo; y por último, un compromiso para que CiU pueda mantener en la negociación de la reforma en las Cortes la condición de fuerza imprescindible que la matemática electoral le ha concedido en el Parlamento catalán.

También el presidente del Partido Popular (PP) en Cataluña, Josep Piqué, ha criticado la pasividad de Maragall, a quien ha acusado reiteradamente de no ejercer el liderazgo del proceso estatutario.