_
_
_
_
Análisis:DEBATE PARLAMENTARIO SOBRE EL SINIESTRO EN AFGANISTÁN
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Tragedia y farsa

Esa idea de que los hechos suelen ocurrir dos veces, primero como tragedia y después como farsa, se someterá a prueba hoy en la Comisión de Defensa extraordinaria del Congreso. No es arriesgado estimar que la teoría será confirmada. A la tragedia del Yak-42 en mayo de 2003 seguirá, pues, la farsa política en torno al helicóptero Cougar.

¿Quién habló primero, nada más conocerse el siniestro, de un accidente? ¿Acaso el ministro de Defensa, José Bono? No. Fue el mayor Andrew Elmes, portavoz de la Fuerza Internacional de Seguridad y Asistencia (ISAF) en Afganistán. "No creemos que el helicóptero haya caído como resultado de la actividad enemiga, creemos que fue un accidente. La causa se desconoce y será objeto de una investigación completa", dijo Elmes. En cambio, Bono dijo varias veces: "Puede ser un accidente o un ataque exterior".

Más información
Bono no ve indicios de ataque o fallo técnico pero evita culpar al piloto del Cougar

La razón que llevó a restar probabilidad a un ataque fue la zona en la que se produjo el siniestro. Herat es una región situada en el extremo opuesto a aquella zona en la que las fuerzas especiales de Estados Unidos se enfrentan a diario con los talibanes y la insurgencia afgana. Es la frontera con Paquistán. Allí donde, al parecer, ha sido abatido por fuego hostil un helicóptero el pasado 16 de junio, con un resultado de 16 soldados muertos.

Una primera recapitulación llevaría a la conclusión de que mientras los militares de la OTAN descartaban, de modo preliminar, la hipótesis del ataque, el Gobierno español no tuvo inconveniente en asumir la posibilidad de una operación enemiga.

Algo, entonces, no encaja. Si como dijo el presidente del PP, Mariano Rajoy, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero presenta la actividad en Afganistán como la de una ONG, ¿qué sentido tenía que incluso cuando arraigaba sobre el terreno la hipótesis de un accidente, el ministro de Defensa siguiera sin descartar el ataque? Si hubo alguien que no quiso minusvalorar la posibilidad de un ataque enemigo, ése fue el Gobierno.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, y uno de los miembros de la comisión de Defensa Manuel Atencia se han interesado en saber por qué razón se utilizan en la misión militar helicópteros Cougar. Al parecer, el PP está persuadido de que la marca Chinook es más segura.

Esto forma parte de la parodia de reproducir lo que fue la investigación del Yak-42. Tiene un problema. Los aparatos que caen como moscas en Afganistán son precisamente los que al PP le merecen mayor confianza. Sí, los Chinook. El 16 de junio pasado, fue abatido -todavía no hay una confirmación oficial- un helicóptero Chinook; y antes, el 15 de abril, un aparato de la misma marca se desplomó durante una tormenta de arena, con la pérdida de 15 soldados y tres civiles.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_