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La UE busca una salida a la avalancha de textil chino retenido en las aduanas

75 millones de jerséis y pantalones del país asiático se amontonan en los puertos europeos

La Comisión Europea busca contrarreloj un nuevo acuerdo comercial con China que desbloquee las importaciones de textil desde el país asiático. Expertos de Bruselas han adelantado a hoy una reunión clave para buscar soluciones a este conflicto, que amenaza con desabastecer a los comercios europeos. Más de 75 millones de jerséis, pantalones y otras prendas procedentes de China se encuentran retenidos en los puertos europeos debido a que se han superado los límites de importación pactados con Pekín en junio pasado para frenar la avalancha de ropa china.

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Expertos de los Estados de la UE y representantes de la Comisión Europea se reúnen esta mañana en la capital comunitaria para analizar la crisis creada por los productos textiles chinos y ofrecer las últimas ideas al grupo de técnicos europeos que también hoy volará a Pekín para negociar una salida con las autoridades chinas. En juego se hallan los intereses enfrentados que representan los países del norte de la UE, volcados en el comercio, y los del sur, con un tejido industrial textil que se siente al borde de la extinción por el aluvión chino, que vende más barato.

Eurocommerce, la asociación que representa a 5,5 millones de empresas del comercio europeo, lamentó ayer que la estrategia seguida por la Comisión haya terminado con la retención en los puertos de la UE de productos textiles valorados en cientos de millones de euros, "productos encargados hace meses en buena fe y en buena parte ya abonados".

Pero nadie cuestiona la urgencia de resolver este conflicto planteado por la desaparición el pasado 1 de enero de las barreras a las importaciones chinas. Al desestabilizador aluvión que se produjo entonces respondió la Comisión con un pacto suscrito en junio por el comisario de Comercio, Peter Mandelson, y el ministro chino Bo Xilai, que fijaba un calendario para aplicación de nuevas cuotas hasta la definitiva liberalización de 2008.

Comerciantes y fabricantes

Así, de forma temporal, se fijaban cuotas de importación anuales en 10 categorías de productos textiles chinos. A cuatro meses del final del ejercicio, las cuotas para 2005 se han agotado en seis de los productos (jerséis, pantalones, blusas, camisetas, sujetadores e hilo de lino).

El nuevo régimen respondía a las peticiones de los productores, que vieron cómo lo que era una inundación imparable quedaba limitada a incrementos anuales entre el 8% y el 12,5%, según los años y los productos. Ahora el comercio alega que los fabricantes ya sabían desde hace 10 años que el 1 de enero pasado desaparecerían las cuotas y que tuvieron una década para prepararse, mientras que el sector de la distribución se encontró en junio con la imposición de imprevistas limitaciones que desbarataron la planificación de abastecimiento.

"Al comercio no se le dio ni siquiera unos meses y ahora nos encontramos ante unas cuotas que afectan retroactivamente a los contratos y administradas con muy poco respeto a las necesidades prácticas del comercio", alega Peter Bernert, presidente del grupo que en Bruselas defiende los intereses del sector terciario.

Eurocommerce alega que la inesperada reintroducción del sistema de cuotas impidió a importadores y distribuidores preparar salidas alternativas. De ahí, el empantanamiento en los puertos de millones de productos que han llegado sin las preceptivas licencias de importación. Mandelson, que sigue la crisis desde su lugar de vacaciones, señaló en un comunicado de primeros de mes que los importadores están pagando su celo: en previsión de que hubiera una reimposición del régimen de limitaciones, encargaron cantidades de productos que superan lo pactado.

El comercio alega que necesita planificar sus compras con nueve meses de antelación y por ello reclama como solución para la actual crisis que se liberen todos los productos contratados antes de que el 12 de julio entrara en vigor al nuevo régimen de contención aceptado por China y que en las futuras negociaciones con Pekín se cree un marco predecible de operaciones que tenga en cuenta los nueve meses de antelación con que trabaja el sector.

Intereses en conflicto

La Comisión se encuentra entre los fuegos cruzados de los intereses en conflicto. Los ministros de Comercio de Holanda, Dinamarca, Suecia y Finlandia, señalaban la semana pasada en un texto que firmaban en el diario Financial Times que "decenas de compañías europeas de comercio se enfrentan a la quiebra y a fuertes pérdidas financieras", además de que "es probable que se pierdan muchos puestos de trabajo" por la "introducción de restricciones sin prestar la debida atención a las realidades del comercio moderno". Y todo porque en los Estados del sur de Europa "apoyadas por sus Gobiernos, las compañías se esconden tras el escudo de la política comercial europea y se aferran a sistema de producción tradicionales".

Patronal y sindicatos del sector textil, con fuerte presencia en España, Italia y Francia, replican que la invasión china puede costar un millón de empleos hasta 2006 y que no hay que hacer más concesiones.

Estas dos posiciones en conflicto frontal tratarán hoy de buscar en Bruselas un terreno común con el que los expertos de la Comisión puedan presentarse mañana a renegociar en Pekín.

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