El peligro de la M-30

Madrid, como consecuencia de las obras de la M-30, está en peligro. La están destruyendo rápidamente para que no dé tiempo a reaccionar.

El parque de la Arganzuela está vallado, en la zona oeste del parque, que linda con la M-30, ya han talado parte de los 265 árboles y en el que hay ejemplares de más de 200 años. Además, el Obelisco que preside la fuente del parque, un estanque elíptico con fondo arbolado en el centro del recinto, tiene protección de Nivel Histórico Artístico y no puede ser derribado tal como prevé el proyecto del PP en el Ayuntamiento. Además, se han destruido las pistas deportivas del entorno del puente de Praga, así como los espacios de juegos infantiles.

El PP en el Ayuntamiento de Madrid se ensaña especialmente con este distrito de Arganzuela. Empezaron vallando el parque del Matadero y su daliada y en seguida destrozaron el jardín y talaron todos sus árboles. En el paseo Virgen del Puerto más de un centenar de árboles fueron talados. Allí estuvimos los vecinos para defenderlos y la respuesta política fue la brutal represión policial. Los agentes con porras de hierro, gaseando a los vecinos, jóvenes detenidos, los niños espantados, los viejos del barrio no se creían lo que estaban viendo... Al final talaron todos los árboles de la calle, nos hemos quedado sin sombra, sin oxígeno, sin calidad de vida.

Pero el afán destructor de este Ayuntamiento no se detiene: en la Casa de Campo el pulmón de la ciudad, también están las máquinas destructoras haciendo estragos. Del mismo modo, también han hincado el diente al Parque Sur en la plaza Elíptica, un pequeño bosque urbano, única área verde de la zona.

Madrid era una de las ciudades con más arbolado urbano de toda Europa hasta que llegó el PP. Ahora, nos cambian los árboles por chimeneas de grandes dimensiones. La devastación aumenta cada día y, si nadie lo impide, superará en breve los 20.000 árboles.

Los fantásticos megaproyectos del alcalde de Madrid que ponen muy contentos a los constructores y especuladores inmobiliarios y que nos endeudan a los madrileños por más de 35 años, se están llevando por delante los pocos árboles y zonas verdes que quedan en nuestros barrios.

Esa calidad de vida que dice persigue el alcalde para Madrid tendremos que buscarla los fines de semana escapándonos a la sierra. ¿Repondrá el alcalde los miles de árboles que ordena cortar por las noches "con nocturnidad y alevosía"? Como ejemplo, fíjense cómo están dejando todos los márgenes de la M-30.

Nos hacen llegar a la conclusión de que los ciudadanos importamos poco, sólo estamos para votar cada cuatro años, pagar impuestos con los que otros se enriquecen (constructoras y más...).