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SINIESTRO DEL EJÉRCITO ESPAÑOL EN AFGANISTÁN

"Con el Parlamento y la legalidad"

Bono convierte la orden de concesión de medallas en una declaración de principios

El ministro José Bono no quiso limitarse, como es habitual, a agradecerles protocolariamente los servicios prestados. Convirtió la orden 431/13483/05, de concesión de recompensas a los 17 militares fallecidos el pasado martes en Afganistán, en una declaración de principios. "Eran personas de nuestras Fuerzas Armadas que, por la causa de la paz, la democracia y la libertad, habían acudido disciplinadamente a proteger el proceso electoral en Afganistán", comienza la orden.

"Pertenecían a unidades Militares de las que España, con el respaldo del Parlamento y de acuerdo con la legalidad internacional, tiene desplazadas en diversas partes del mundo. Como todos los que integran dichas unidades vivieron y trabajaron de una manera ejemplar", agrega.

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"El dolor que acumulamos sus familiares, sus amigos, sus compañeros, la familia militar y todos los españoles es inmenso. Estamos tristes y, a la vez, nos sentimos orgullosos. Descansen en paz, no en el olvido, quienes con su ejemplo han escrito sus nombres en la historia de España", concluye.

Los 17 militares recibieron, a título póstumo, la cruz del mérito militar con distintivo amarillo. Con este color se distingue, según el reglamento de recompensas, a quienes realicen "hechos o servicios que entrañen grave riesgo y en los casos de lesiones graves o fallecimiento, como consecuencia de actos de servicio, siempre que impliquen una conducta meritoria".

El color rojo se reserva para "hechos o servicios eficaces en el transcurso de un conflicto armado o de operaciones militares que impliquen o puedan implicar el uso de fuerza armada y que conlleven unas dotes militares o de mando significativas".

La elección del color de la condecoración era, por sí misma, una prueba de que el Ministerio de Defensa tenía el convencimiento de que la muerte de los militares se produjo en accidente y no como consecuencia de una agresión. Si a alguien le quedaba alguna duda, se despejó durante el funeral de ayer.

Ya al inicio de la ceremonia una voz por megafonía anunció la llegada de "los féretros de los fallecidos en accidente aéreo". También el nuncio del Papa, Manuel Monteiro, dio el pésame a las familias de los "fallecidos en accidente aéreo". Y en idénticos términos se expresó, a través de un telegrama, el propio Benedicto XVI, cuya infalibilidad se limita a cuestiones de moral, según recordaba un escéptico.

Entre los familiares se sentaban parientes de otros difuntos: tres miembros de la Asociación de Familiares de las Víctimas del Yak-42. Su presidente, Alfonso Agulló, dijo que había acudido a mostrar su "gratitud a los soldados fallecidos y solidaridad con las familias". Agulló no quiso comparar el trato que han recibido las familias de las víctimas en este caso y el que sufrieron ellos por parte de los responsables del PP. Le bastó recordar que José Luis Rodríguez Zapatero estuvo más de cuatro horas el pasado viernes con las familias de cada una de las víctimas en las capillas ardientes instaladas en el hospital Gómez Ulla, y que Bono acudió a darles el pésame el jueves por la noche, tras más de 15 horas de vuelo desde Afganistán. Ni Aznar ni el ministro Federico Trillo recibieron nunca a las víctimas del accidente del Yak-42.

Momento en que los féretros abandonaban el patio de armas. Al fondo, los Reyes, los Príncipes de Asturias y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Momento en que los féretros abandonaban el patio de armas. Al fondo, los Reyes, los Príncipes de Asturias y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.RICARDO GUTIÉRREZ
La Reina, entre el Rey y el Príncipe, enjugándose las lágrimas en un momento del funeral.
La Reina, entre el Rey y el Príncipe, enjugándose las lágrimas en un momento del funeral.RICARDO GUTIÉRREZ
De izquierda a derecha, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Félix Sanz; José Bono, Juan Fernando López Aguilar, Miguel Ángel Moratinos, María Teresa Fernández de la Vega, María Emilia Casas, Javier Rojo, Manuel Marín y Rodríguez Zapatero. Y detrás, Mariano Rajoy y Felipe González.
De izquierda a derecha, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Félix Sanz; José Bono, Juan Fernando López Aguilar, Miguel Ángel Moratinos, María Teresa Fernández de la Vega, María Emilia Casas, Javier Rojo, Manuel Marín y Rodríguez Zapatero. Y detrás, Mariano Rajoy y Felipe González.

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