Maragall admite que "si no hay Estatuto para el 24 de septiembre, ya no lo habrá"

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, concretó anteayer durante un encuentro informal con periodistas en L'Empordà la necesidad de alcanzar cuanto antes un acuerdo sobre el Estatuto. Maragall advirtió: "Si no hay Estatuto por la Mercè [24 de septiembre], ya no lo habrá". Según fuentes de presidencia, esta advertencia no supone un ultimátum, sino que pretende atajar los posibles aplazamientos sugeridos con distinta intensidad por Convergència i Unió (CiU) y por el Partido Popular (PP), que creen conveniente aplazar el pleno sobre el Estatuto para asegurar su aprobación.

El presidente de la Generalitat considera que el tiempo es enemigo del Estatuto, ya que en su opinión las condiciones actuales son las más favorables para la aprobación del mismo. Para Maragall, el calendario ya está cerrado y supone la aprobación del proyecto del Estatuto de Cataluña por el Parlamento autonómico durante el pleno previsto en torno al 24 de septiembre, festividad de la Mercè.

El texto, que ya había superado los trámites de ponencia y comisión, sufrió un serio revés a finales del pasado julio tras la invocación por parte de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), el partido que dio la presidencia de la Generalitat a los socialistas, de que el nuevo texto recogiera los "derechos históricos" de Cataluña. Previamente, el PSC había planteado reducir sensiblemente el articulado de competencias, para aligerar su tramitación.

La propuesta de incorporar "los derechos históricos" fue respaldada por el Convergència i Unió, que además añadió la conveniencia de establecer el sistema de concierto como modelo de financiación.

La iniciativa de ERC ha fortalecido sensiblemente la posición de los nacionalistas que, al exigir el modelo del concierto económico, ha abierto una seria vía de agua en el proyecto del Estatuto.

Maragall teme que las nuevas exigencias y los aplazamientos sugeridos por Convergència, aunque sólo sean por unas semanas, impidan cumplir el calendario anunciado.

Una vez aprobado el texto del nuevo Estatuto en el Parlamento catalán, será remitido al Congreso de los Diputados, que lo podría discutir durante los meses de marzo y abril del próximo año. Se prevé que su aprobación se produzca antes de finalizar el mes de junio. A partir de esta fecha, podría convocarse el referéndum definitivo en Cataluña.

Normativas pendientes

En el supuesto de que el Parlamento catalán no logre aprobarlo a lo largo del mes de septiembre, medios socialistas consideran que no será necesario plantearse unas nuevas elecciones.

"Hay vida sin Estatuto", manifestó ayer un destacado dirigente socialista. Esta misma fuente señaló que aunque no haya Estatuto seguirá la vida parlamentaria. Se refirió a las normativas legales pendientes, como la Ley Electoral, la Ley Territorial y, sobre todo, el nuevo modelo de Financiación. Son leyes que se pueden aprobar sin los votos de Convergència i Unió.

En el caso de la financiación autonómica, la propuesta nacionalista de incluir el concierto equivale a dinamitar el marco de negociaciones posibles, según fuentes del Gobierno catalán.

En este sentido, según medios próximos al presidente de la Generalitat, la apelación a aprobar durante el próximo mes el Estatuto es una manera de impedir que los nuevos planteamientos de CiU supongan en la práctica la imposibilidad de sacar adelante el Estatuto catalán.

El portavoz del PSC, Miquel Iceta, expresó ayer la confianza de su partido en que Esquerra Republicana "no caerá en la trampa que le está preparando la federación nacionalista".

Iceta aseguró, en un comunicado difundido por la agencia Efe, que la invocación de los derechos históricos de Cataluña "combinada con la reclamación del concierto económico conforman la receta de CiU para hacer fracasar el Estatuto".

El portavoz del PSC reiteró que Convergència i Unió propone "un Estatuto imposible porque en el fondo no le interesa que la reforma tire adelante".

"Lamentablemente CiU prioriza los intereses de partido a los del país y busca permanentemente bloquear cualquier acuerdo manteniéndose en posiciones maximalistas que no llevan a ninguna parte", concluyó Miquel Iceta.