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Entrevista:Antonio Franco

"Internet obliga a repensar los museos"

Javier Rodríguez Marcos

Una instalación de Wolfgang Tillmans ocupa estas semanas la planta baja del MEIAC. La obra del artista alemán forma parte de la colección de la galerista Helga de Alvear, cuya sede definitiva se abrirá en Cáceres dentro de dos años. Entre tanto, basta bajar las escaleras que conducen al sótano del museo pacense para encontrarse, hasta el 15 de septiembre, con una apabullante selección de obras de Barbara Kruger, Vik Muniz, John Baldessari, Jeff Wall, Gabriel Orozco, Stan Douglas, Pipilotti Rist o Imi Knoebel. El MEIAC abrió sus puertas hace diez años, en mayo de 1995, a rebufo de la primera oleada de museos de arte contemporáneo que por entonces floreció en las autonomías periféricas: del IVAM al Centro Atlántico de Las Palmas pasando por el Centro Galego de Santiago de Compostela. Antonio Franco recuerda los primeros debates en torno al carácter de la institución: "¿Centro o museo? Se tomó una opción aparentemente más conservadora -la de museo- porque la región carecía, en términos dramáticos, de arte del siglo XX y había que desarrollar con urgencia una política de adquisición patrimonial". ¿Términos dramáticos? Franco habla de la necesidad de "normalizar", una palabra muy de la época, y describe el páramo simbólico en que se levantó como sede del MEIAC un edificio de planta circular que ocupa hoy el solar de la antigua cárcel de Badajoz: "No había galerías ni mercado ni discurso crítico ni infraestructura". Para algunos, reconoce un director que durante toda esta década se ha mantenido en un puesto que en centros similares ha tenido varios titulares, la apuesta por lo iberoamericano fue una sorpresa. Hoy es lo más característico del museo, "por la posición fronteriza de Extremadura y por su relación histórica con Iberoamérica. Se trataba de dar un cambio de significado a la frontera y asumir una posición activa en el eje Madrid-Lisboa". Antonio Franco recuerda que dos años después de la apertura del MEIAC, Arco se dedicó a Latinoamérica, y al año siguiente, a Portugal. Eran los primeros pasos: "El reto ahora es contribuir a proyectar lo ibérico en espacios de mayor visibilidad internacional".

"Nuestro proyecto pretende recuperar y crear memoria al mismo tiempo"

En 2001, el MEIAC organizó dos colectivas que viajaron por toda España y que Franco considera decisivas. La primera fue Argumentos de futuro, dedicada al arte portugués contemporáneo y armada a partir de los fondos del museo con obras de Helena Almeida, Cabrita Reis, Jorge Molder, Leonel Moura, Joana Vasconcelos, Júlia Ventura o Julião Sarmento: "Somos quizás el único museo de Europa que colecciona de manera sistemática el arte de un país vecino". La segunda muestra fue, meses más tarde, Final del eclipse. Alfredo Jaar, Carlos Garaicoa, Cildo Meireles, Ernesto Neto, Adriana Verajao y Meyer Vaisman fueron algunos de los presentes en aquella ocasión. Al margen de Iberoamérica, Antonio Franco subraya la muestra dedicada al documental de Luis Buñuel sobre Las Hurdes y la que rastreó por primera vez la historia de la fotografía en Extremadura. Ambas han abierto el camino para "la recuperación crítica de una memoria que durante demasiado tiempo se ocultó detrás de los estereotipos del regionalismo". Para ilustrar la diversidad de visiones, Franco recuerda que en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929 los fotógrafos extremeños presentaron sobre todo trabajos sobre los monumentos de la región y que fueron los extranjeros los que retrataron la vida cotidiana. "Por eso nos interesa completar la mirada local con la de grandes artistas que trabajaron sobre Extremadura como David Seymour, Eugene Smith, Inge Morath o Hamish Fulton".

El porvenir del MEIAC circula

rá, pues, por esa memoria y por Internet. En 1995, subraya Franco, se partía de cero y de la necesidad de tener una colección. De ahí que se empezara por recuperar a "los ausentes", artistas extremeños en la diáspora como Timoteo Pérez Rubio, Juan Barjola u Ortega Muñoz. ¿Y el futuro? "En una época en la que ya todo puede circular por Internet tenemos que repensar el modelo, incluida esa dimensión exclusivamente patrimonial de los museos para, sin excluirla, potenciar su capacidad para movilizar ideas. Nuestro proyecto pretende recuperar y crear memoria al mismo tiempo". Tan sólo un año después de su apertura, el MEIAC alojó una exposición de arte digital que desembocaría en la galería virtual que hoy puede visitarse en la web del museo. La galería está dedicada al arte en la red y su coordinador, el portugués António Cerveira Pinto, es también el responsable de una muestra que podrá verse en Badajoz a finales de octubre y cuyo título ya es un manifiesto: Meta-Morfosis. Casi medio centenar de artistas y arquitectos de todo el mundo han sido invitados a repensar el nuevo MEIAC. "Se trata de considerar", concluye Antonio Franco, "cómo afectan al museo tradicional los cambios que, a partir de Internet y el arte digital, se están introduciendo en el sistema. Hay que explorar también el potencial que tiene el terreno que ocupa el museo, tratando de mejorar su rendimiento social y de facilitar su integración en la ciudad".

MEIAC. Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo. Virgen de Guadalupe, 7. Teléfono 924 01 30 60. www.meiac.org

'Expand Constantly', instalación de Zhang Peili en el MEIAC. Al fondo, una obra de Mark Wallinger.
'Expand Constantly', instalación de Zhang Peili en el MEIAC. Al fondo, una obra de Mark Wallinger.
Antonio Franco.
Antonio Franco.

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Sobre la firma

Javier Rodríguez Marcos
Es subdirector de Opinión. Fue jefe de sección de 'Babelia', suplemento cultural de EL PAÍS. Antes trabajó en 'ABC'. Licenciado en Filología, es autor de la crónica 'Un torpe en un terremoto' y premio Ojo Crítico de Poesía por el libro 'Frágil'. También comisarió para el Museo Reina Sofía la exposición 'Minimalismos: un signo de los tiempos'.

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