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La agencia nuclear de la ONU exige a Irán que suspenda el enriquecimiento de uranio

El Gobierno de Teherán replica que no cederá a las presiones internacionales

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) emitió ayer una resolución en la que insta a Irán a suspender sus actividades de enriquecimiento de uranio en la central de Isfahán. Irán aseguró que "no cederá". Todas las partes se han manifestado, sin embargo, a favor de regresar a la mesa de negociaciones. "Hay que aprovechar todas las ocasiones para evitar una crisis", dijo el director del OIEA, Mohamed el Baradei. Según el jefe de la delegación estadounidense, Gregory Schulte, la resolución "demuestra que la comunidad internacional está unida para que Irán abandone esa vía peligrosa".

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La reactivación del programa nuclear de Irán, el pasado miércoles "preocupa seriamente" a la agencia de la ONU encargada de impedir la proliferación de armas nucleares, según consta en la resolución propuesta por Francia, Reino Unido y Alemania en representación de la UE, que fue aceptada por unanimidad y sin votación por los 35 miembros de la Junta de Gobernadores del OIEA después de dos días de intensos debates.

El OIEA "insta a Irán a suspender todas las actividades relacionadas con el enriquecimiento [de uranio] y a volver a instalar los precintos retirados de las instalaciones". El texto insiste en que Irán debe hacerlo "sobre la base no legalmente vinculante, al igual que en anteriores resoluciones" con las que se logró que Irán detuviera el procesamiento de uranio voluntariamente. El Gobierno de Teherán había permitido el cierre de sus instalaciones de Isfahán en noviembre pasado, pero, a comienzos de esta semana, las volvió a abrir, lo que desencadenó una crisis internacional que llevó a la reunión de emergencia del OIEA.

La nueva resolución se apoya en otros siete acuerdos previos, en los que una y otra vez se instaba a Irán a asumir medidas para recuperar la confianza de la comunidad internacional. La desconfianza no se ha disipado desde que, en 2002, se decubriera que Teherán estaba desarrollando un plan nuclear secreto. Irán comenzó entonces a desvelar sus actividades y permitió el acceso de los agentes del OIEA, aunque el organismo aún "no ha logrado confirmar si Teherán había declarado todo su programa nuclear, por lo cual no está en posición de garantizar que no existen actividades y materiales atómicos sin declarar en el país", según se lee en la resolución.

El texto solicita al director general de la agencia que presente el 3 de septiembre un amplio informe sobre la cooperación entre Irán y el OIEA. Una nueva sesión de la Junta de Gobernadores está prevista para el 19 de septiembre.

A pesar de las fuertes presiones, Teherán no tiene, sin embrago, la intención de cerrar la planta de Isfahán, que se encuentra en pleno funcionamiento desde que los técnicos iraníes retiraron los precintos. En esta planta, que trabaja bajo custodia de inspectores de la ONU, se procesa el polvo de uranio sólo en sus dos primeras fases. Para cerrar el ciclo con el enriquecimiento de uranio, Irán dispone de centrifugadoras en sus instalaciones en la localidad de Natanz. Ahora, Teherán no quiere dar marcha atrás en Isfahán, pero propone continuar las negociaciones con la UE tomando la fábrica de Natanz como la próxima ficha en el juego.

El jefe de la delegación iraní ante el OIEA, Cyrus Nasseri, indicó que "Natanz seguirá suspendida para mantener la puerta abierta a las negociaciones, si nuestros interlocutores aceptan", aunque precisó que a largo plazo Irán no renunciará a su derecho de producir uranio enriquecido: "Irán no cederá, y de aquí a 10 años será productor de combustible nuclear", un material que, según su opinión, no debe quedar en manos de unos pocos países.

Esta preocupación fue compartida durante la asamblea en Viena por los países no alineados y otros Estados en vías de desarrollo. El Baradei reconoció que será necesario que la organización trabaje para "crear un marco" capaz de garantizar, a largo plazo, el suministro de combustible nuclear sin necesidad de dispersión de las capacidades de enriquecimiento de uranio.

Por otra parte, el presidente de EE UU, George W. Bush, dijo ayer que su país otorgará un visado a su homólogo iraní, Mahmud Ahmadineyad, para que pueda asistir en septiembre a la 60 sesión de la Asamblea General de la ONU. Washington sospecha que Ahmadineyad participó en la toma de rehenes en la Embajada de EE UU en Teherán en 1979.

El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, Mohamed el Baradei, el martes en Viena.
El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, Mohamed el Baradei, el martes en Viena.EFE

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