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La cúpula del PSC transmite a Maragall que no comparte su optimismo sobre el Estatuto

El presidente catalán se reunirá de nuevo el sábado con varios consejeros para analizar la crisis

La noche del día 29 de julio, tras el terremoto político desatado en la comisión parlamentaria sobre el Estatuto por la alianza de Esquerra Republicana (ERC) y Convergència i Unió (CiU), un triunfal Pasqual Maragall aparecía en la televisión autonómica vaticinando que el día de la Mercè, el 24 de septiembre, Cataluña tendría un nuevo Estatuto. Cuatro días después, Maragall chocaba con la cruda realidad. Una reunión con consejeros socialistas y la cúpula de su partido, el Partit dels Socialistes (PSC), le han bastado para convencerse de que la aprobación de la reforma corre serio peligro. Este sábado volverá a reunirse con un grupo de consejeros para analizar la situación.

El día 2 de agosto, Maragall tuvo que escuchar de sus colaboradores en el Gobierno y en el PSC que de continuar el pacto entre republicanos y convergentes, el Estatuto se encamina hacia ninguna parte. Los socialistas no van a apoyar un redactado que, a su juicio, desborda la Constitución, sobre todo en su título competencial y en la apelación a los derechos históricos. Y, por ahora, no entrevén un viraje de ERC hacia posiciones más "moderadas", según comentaron algunos de los asistentes. "Ha sido Esquerra la que ha bloqueado el Estatuto, introduciendo unos derechos históricos sin haberlo consultado de antemano con sus socios de gobierno y reclamando unas competencias que saben exclusivas del Estado", comentan las mismas fuentes.

En esa reunión, Maragall se convenció de que la reforma está paralizada y que en su aparición en TV-3 pecó de optimista. Por ello, los presentes optaron por analizar todos los escenarios posibles que se avecinan, desde la estrategia a seguir para atraerse de nuevo a Esquerra y convencerla de que vuelva al "marco" constitucional, hasta las consecuencias gubernamentales que tendría un fracaso del Estatuto.

De momento, ningún dirigente socialista quiere aventurarse sobre el incierto futuro, pero todos ellos siguen la consigna aprobada en esa reunión: aumentar la presión sobre sus socios de Esquerra. ¿Cómo?, pues aprovechando cualquier momento para pregonar mensajes mediáticos contra los republicanos. "Se trata de marcar territorio", apunta gráficamente uno de los asistentes.

La advertencia lanzada el pasado domingo por el ministro de Industria y primer secretario del PSC, José Montilla, va en esta dirección. Montilla recordó a los republicanos que en el Congreso hay otras mayorías posibles sin ellos y sin CiU. El consejero de Economía, Antoni Castells, también culpaba a Esquerra de obstaculizar la reforma con sus "posiciones maximalistas".

Eso públicamente. En privado, los dirigentes consultados, pese a mantener el asedio contra Esquerra Republicana, optan por la reserva hasta que el Consejo Consultivo -órgano autonómico similar al Consejo de Estado- se pronuncie sobre la constitucionalidad del texto aprobado en comisión. "Ya veremos lo que dice el Consultivo. Entonces será el momento de que todo el mundo ponga las cartas sobre la mesa y boca arriba", comenta un alto dirigente del PSC.

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Adelanto electoral

Pero ¿qué pasaría si no hay Estatuto? Los socialistas tocan madera, pues la reforma es un compromiso personal y político del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall. Sin embargo, nadie esconde que tendría consecuencias negativas para el tripartito catalán y, en voz baja, alguien predice incluso un adelanto de las elecciones autonómicas. "Aquí cada uno puede hacer sus quinielas, pero hasta que el Consejo Consultivo no emita su dictamen todo se limita a la simple especulación", añaden fuentes del PSC . El popular, Josep Piqué, reclamó ayer avanzar las elecciones si no hay Estatuto.

De momento, este sábado Maragall ha convocado por segunda vez a un grupo de consejeros, los que veranean en la comarca del Empordà, para volver a analizar la crítica situación política.

Desde Esquerra, sus dirigentes optan por mirar a sus socios del PSC de soslayo, ya que opinan que todos esos mensajes y advertencias son "fiebre de verano". Y que en septiembre, una vez pasado el agosto, las aguas volverán a su cauce, se reanudarán las negociaciones y, como explica un alto cargo republicano, "todo el mundo tendremos que ceder para que el Estatuto salga adelante. Es la única opción que tenemos".

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