Moratinos subraya el papel español en la "nueva dinámica" del Sáhara

En el Sáhara Occidental "estamos entrando en una nueva dinámica" de "mayor implicación de la ONU, con el apoyo de países interesados en encontrar una solución definitiva al problema". Así de optimista se mostró el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, al término de una breve estancia en la ciudad marroquí de Arcila, a 40 kilómetros al sur de Tánger. "España estuvo en primera línea" para que la ONU se involucrase, subrayó.

Moratinos interrumpió sus vacaciones para realzar con su presencia un foro de debate que organiza el que es, formalmente, su homólogo marroquí, Mohamed Benaissa, en Arcila, la ciudad de la que es originario y también alcalde. Ambos desayunaron juntos y caminaron por las estrechas calles de la medina (barrio antiguo), pero Benaissa dejó solo a su huésped ante la prensa.

La soledad ante los micrófonos no mermó el optimismo de Moratinos. A finales de julio sus gestiones ante el secretario general de la ONU, Kofi Annan, lograron que éste nombrase, por fin, a su enviado especial para el Sáhara, el diplomático holandés jubilado Peter van Wulsum.

El pasado fin de semana, Moratinos tenía un segundo motivo de satisfacción. Annan había colmado otro puesto vacante, el de jefe de la Minurso, el pequeño contingente de cascos azules desplegado en el Sáhara para velar por el alto el fuego y, teóricamente, organizar el referéndum. Lo dirigirá el italiano Francesco Bastagli, funcionario de la ONU con larga experiencia en Kovoso.

"Nos hemos felicitado, porque esa era la voluntad de Marruecos y de España, de que haya un equipo nuevo del secretario general que se preocupase de dar un impulso a la situación de estancamiento" en la que se encontraba el contencioso, declaró el jefe de la diplomacia española.

En el patio del centro de congresos, Moratinos desglosó las "buenas noticias" que se acumulan con Marruecos en el último año; desde la mejora "del combate contra el terrorismo, hasta la lucha contra la inmigración ilegal", pasando por un enfoque similar de lo que debe ser "la modernidad en el norte de África".

Hizo especial hincapié en el recién firmado acuerdo de pesca entre la Unión Europea y Marruecos, "del que se beneficiarán muchos pescadores", y que "tiene una filosofía diferente" porque "crea una asociación en la que se comparten intereses". El nuevo tratado pesquero sólo autorizará la cuarta parte de capturas del que expiró en 1999.

El Frente Polisario, el movimiento que lucha por la independencia del Sáhara, tiene la intención de denunciar el acuerdo, en cuanto encuentre un Estado amigo que esté dispuesto a hacerle de intermediario, ante el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya. El tratado incluye las aguas saharianas que no son administradas por Marruecos.

Moratinos rechazó este argumento. Recordó que la Comisión Europea, que negoció con Rabat, y también la ONU "hablan de potencia administrativa" del Sáhara refiriéndose a Marruecos. "Eso es lo que mantiene el Gobierno de España", añadió, pero rehusó valorar la próxima iniciativa del Polisario.